doi.org/10.17141/urvio.36.2023.5834
Reconfiguración capitalista. El ascenso de China y la posición de
Sudamérica en la economía mundial
Capitalist reconfiguration. The rise of China and the position of South
America in the world economy
Reconfiguração capitalista. A ascensão da China e a posição da América
do Sul na economia mundial
Carolina T. Lauxmann
1
y Manuel F. Trevignani
2
Recibido: 8 de enero de 2023
Aceptado: 1 de abril de 2023
Publicado: 31 de mayo de 2023
Resumen
El sistema capitalista, en su evolución histórica, ha creado diferentes arreglos
institucionales y espacio-temporales para garantizar su sostenibilidad. El arreglo
contemporáneo, que habilitó la reproducción del capital a través de encadenamientos
productivos globales, generó cambios sin precedentes. Por primera vez, el centro
dinámico de acumulación se ubicó en un espacio periférico: el este asiático, liderado por
China desde inicios de siglo. El presente artículo, sobre la base de la revisión bibliográfica
y estadística, analiza las características de ese arreglo y las especificidades de los países
del este asiático que les permitieron dinamizar la acumulación y mejorar su posición en
la economía global. También examina las implicancias del ascenso de esa región en la
dinámica del sistema capitalista y en la posición de América del Sur dentro de él. Se
concluye que los países sudamericanos no han podido salir de la periferia a partir de su
integración a la producción globalizada; esta reforzó su especialización en actividades de
bajo valor y escasa complejidad. El ascenso del este asiático pareciera agravar la
situación. Sin embargo, en tanto genera disputas globales que reposicionan la
1
Instituto de Humanidades y Ciencias Sociales del Litoral (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas
y Técnicas; Universidad Nacional del Litoral), Argentina, clauxmann@hotmail.com, orcid.org/0000-0002-
3959-0701
2
Instituto de Humanidades y Ciencias Sociales del Litoral (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas
y Técnicas; Universidad Nacional del Litoral), Argentina, mtrevignani@hotmail.com, orcid.org/0000-
0002-7428-2739
acumulación en espacios nacionales y macrorregionales, abre posibilidades para que la
región cualifique su posición internacional a través de su integración productiva.
Palabras clave: América del Sur; cadenas globales de producción; China; desarrollo;
reconfiguración capitalista
Abstract
The capitalist system in its historical evolution has created different institutional and
spatiotemporal fixes to guarantee its sustainability. The contemporary fix, which enabled
the reproduction of capital through global production chains, generated unprecedented
changes. For the first time, the dynamic center of accumulation is located in a peripheral
space: East Asia, led by China since the beginning of the century. This article, based on
bibliographic and statistical data, analyzes the characteristics of the aforementioned fix
and the specificities of the East Asian countries that allowed them to increase capital
accumulation and improve their position in the global economy. The implications of the
rise of this region for the capitalist system and for South America are also examined. It is
concluded that South American countries have not been able to develop after their
integration into globalized production; they reinforced their specialization in low-value
and low-complexity activities. The rise of East Asia seems to intensify this dynamic.
However, while the new scenario generates global disputes that reposition the
accumulation in national and macro-regional spaces, it opens opportunities to qualify the
international position of the South American region through its productive integration.
Keywords: South America; global production chains; China; development; capitalist
reconfiguration
Resumo
O sistema capitalista em sua evolução histórica criou diferentes arranjos institucionais e
espaço-temporais para garantir sua sustentabilidade. O arranjo contemporâneo, que
viabilizou a reprodução do capital por meio de cadeias produtivas globais, gerou
mudanças sem precedentes. Pela primeira vez, o centro dinâmico da acumulação
localizava-se em um espaço periférico: o Leste Asiático, liderado pela China desde o
início do culo. Este artigo, com base em levantamento bibliográfico e estatístico, analisa
as características desse arranjo e as especificidades dos países do Leste Asiático que lhes
permitiram estimular a acumulação e melhorar sua posição na economia global. Também
examina as implicações da ascensão dessa região para a dinâmica do sistema capitalista
e para a posição da América do Sul dentro dele. Conclui que os países sul-americanos
não conseguiram sair da periferia após sua integração na produção globalizada; reforçou
sua especialização em atividades de baixo valor e baixa complexidade. A ascensão do
Leste Asiático parece agravar essa situação. No entanto, ao mesmo tempo em que gera
disputas globais que reposicionam a acumulação nos espaços nacionais e
macrorregionais, abre possibilidades para que a região, por meio de sua integração
produtiva, qualifique sua posição internacional.
Palavras-chave: América do Sul; cadeias produtivas globais; China; desenvolvimento;
reconfiguração capitalista
Introducción
Una de las características distintivas del capitalismo como sistema histórico es el lugar
central que ocupa la acumulación del capital en el proceso de organización social. La
acumulación capitalista, orientada al beneficio y mediada por el mercado, es el imperativo
dominante que ha regido y rige la socialización en la gran mayoría de los países, desde
que el capitalismo se constituyó como sistema mundial, allá por el siglo XIX (Jessop
2013; Wallerstein 1988).
Dicho principio estructurador del orden social se ha mantenido a lo largo de la
historia, pero su sostenibilidad no ha estado exenta de sobresaltos. El proceso de
acumulación se encuentra sujeto a contradicciones intrínsecas, que operan como barreras
a su continuidad y lo hacen propenso a crisis. Las estrategias para afrontar las crisis
capitalistas se asocian con la eliminación de las barreras a la acumulación y con la
configuración de distintos arreglos institucionales y espacio-temporales que viabilizan,
aunque de manera frágil, la reproducción del sistema capitalista mundial (Harvey 2007a;
Jessop 2013).
En la historia del capitalismo se pueden rastrear distintas modalidades que ha
asumido la acumulación, asociada a distintos arreglos institucionales y espacio-
temporales. El arreglo contemporáneo, iniciado en la década de 1970, presenta la
particularidad de viabilizar la acumulación capitalista vinculada a las producciones
globalizadas. Esas formas de producción se encuentran habilitadas, y son impulsadas, por
Estados que se involucran selectivamente en la regulación de la economía, para incentivar
el libre ingreso y la salida de capitales y mercancías y la competitividad de sus empresas
en la producción global.
La especificidad del arreglo institucional y espacio-temporal actual ha dado lugar
a acontecimientos sin precedentes. El sistema capitalista, a lo largo de su evolución, ha
ido incorporando distintos espacios y penetrando en distintas esferas de la vida. En su
proceso de expansión, ha configurado un orden mundial jerárquico y desigual, con países
centrales y periféricos. Los países centrales han sido los que históricamente dinamizaron
la acumulación del capital, pero las particularidades del arreglo institucional y espacio-
temporal contemporáneo han permitido que en la actualidad un espacio periférico ocupe
ese lugar y mejore su posición en el sistema capitalista mundial. Se trata del este de Asia,
motorizado desde inicios de los 2000 por China. El cambio en el centro dinámico de la
acumulación capitalista presenta un nuevo escenario mundial que demanda ser
considerado para pensar estrategias de desarrollo para el resto de la periferia, que
permitan cualificar su posición en la economía mundial.
En el presente artículo se analiza con particular interés la situación de los países
periféricos de América del Sur. Se formula la hipótesis de que el nuevo escenario mundial
se muestra poco promisorio para propiciar su salida de la periferia global. Sin embargo,
se reconoce que pueden avizorarse algunas oportunidades para cualificar la posición de
los países sudamericanos en la economía mundial, si avanzan en procesos de integración
productiva macrorregional que permitan mejorar su participación en la producción y el
comercio global.
Con el propósito de contrastar esa presunción, el documento se ordena de la
siguiente manera. Luego de la presente introducción, se examina la especificidad del
arreglo institucional y espacio-temporal iniciado en los 70. La próxima sección se enfoca
en la emergencia del este de Asia como centro dinámico de la acumulación, y en la forma
en que su ascenso en el sistema capitalista ha reconfigurado la escena económica y
política mundial. Posteriormente, a partir de diferentes bases estadísticas, se analiza la
inserción de los países de América del Sur en el comercio y la producción global, bajo el
arreglo institucional y espacio-temporal contemporáneo. Además, se plantean los límites
y las potencialidades que este presenta para propiciar su salida de la periferia global.
Finalmente, se presentan las conclusiones.
1. Acumulación de capital, arreglos institucionales y espacio-temporales entre fines
del siglo pasado y la actualidad
El sistema capitalista ha sido exitoso a la hora de sortear las crisis cíclicas propias de su
desenvolvimiento. Parte de ese éxito radica en la configuración de distintos arreglos
institucionales y espacio-temporales. Estos arreglos, que involucran distintos sets de
instituciones
3
, implican la extensión de la base geográfica de reproducción del capital y/o
su penetración en las disímiles esferas de la vida social, con el objeto de desplazar el
conflicto o diferirlo en el tiempo y dotar de cierta coherencia y sostenibilidad a la
acumulación orientada al beneficio y, en términos generales, al orden capitalista (Harvey
2007a; Jessop 2013, 308-310).
3
Abarcan, por ejemplo, aquellas que regulan: 1) las relaciones capital-trabajo; 2) el tipo de competencia
capitalista (relaciones inter-firmas); 3) las formas de integración de las firmas de una economía nacional a
la economía internacional y 4) las formas de intervención del Estado en la economía (Jessop 2000, 324-
326).
Cada uno de los arreglos presenta ciertas especificidades que dan lugar a
diferentes formas de acumulación del capital y permiten identificar distintas etapas en la
historia del sistema capitalista mundial. Las formas institucionales y espacio-temporales
a través de las cuales tiene lugar el proceso de acumulación capitalista en la actualidad
comenzaron a configurarse sobre finales del siglo pasado, cuando el arreglo fordista-
keynesiano comena horadarse. Este particular arreglo legitimó y dio sostenibilidad, de
manera frágil, a la acumulación de capital a escala mundial desde mediados del siglo XX
hasta inicios de la década de 1970 (Jessop 2008, 97-109). Allí comenzó a mostrar signos
de agotamiento, en tanto las ganancias del capital comenzaron a declinar, y un nuevo
arreglo institucional y espacio-temporal empezó a delinearse, dando lugar a nuevas
formas de reproducción capitalista en el mundo.
El arreglo imperante en la posguerra se basaba en un círculo virtuoso entre
producción y consumo masivos, garantizado por el Estado de bienestar keynesiano, en
economías nacionales relativamente cerradas, articuladas en torno a la institucionalidad
de Bretton Woods. En este escenario, el Estado contribuyó a garantizar la producción y
el consumo de masas a través de la promoción del pleno empleo, sobre todo, por
intermedio del manejo de la demanda, y de la generalización de las normas de consumo
de masas, implementando derechos de bienestar y nuevas formas de consumo colectivo.
Si bien las formas concretas de intervención estatal para alcanzar estos objetivos variaron
en los distintos espacios nacionales, tuvo especial importancia a este respecto el apoyo
estatal a un sindicalismo responsable, a la negociación colectiva, a la modernización
industrial para alcanzar economías de escala y al tendido de infraestructura para la
difusión nacional del consumo de masas (Jessop 2008, 68-96).
En el marco del arreglo fordista-keynesiano se vivieron los años dorados del
capitalismo, pero, ya para inicios de la década del 70, el círculo virtuoso antes
referenciado comenzó a resquebrajarse. La rigidez de la producción masiva ante la
emergencia de consumos diferenciados y no estandarizados; la creciente presión de la
clase trabajadora organizada para lograr incrementos de salario por encima de la
productividad en economías relativamente cerradas; y el incremento de la competencia
internacional, terminaron operando como un corsé para la ganancia capitalista y, por ende,
como barrera para la reproducción del capital (Glyn et al. 1988; Jessop 2008).
En este escenario, las grandes empresas fordistas de los centros, adoptando
estrategias de outsourcing y offshoring,
4
comenzaron a fragmentar y relocalizar parte de
sus procesos productivos en distintas compañías que operaban en distantes espacios
geográficos (Gereffi y Korzeniewicz 1994; Baldwin 2012; Dicken 2015). Manteniendo
el comando centralizado de la producción, se vincularon con empresas que operaban en
países con ventajas en cuanto a: la existencia de mano de obra barata conforme a los
estándares internacionales; la disponibilidad de recursos naturales; y la vigencia de
legislaciones laxas en torno a la protección ambiental, entre otras. Esas estrategias les
permitieron a las grandes empresas de los países centrales reducir los costos de
producción y recomponer la tasa de ganancia (Milberg y Winkler 2013). Tuvo lugar así
un cambio en las formas de producción prevalecientes. Quedaron atrás las producciones
masivas y las economías de escala que llevaban adelante las empresas verticalmente
integradas y burocráticamente administradas, que operaban en espacios nacionales
relativamente cerrados. En contrapartida, adquirieron relevancia las producciones
flexibles, asociadas a la conformación de cadenas globales de producción, en las que
operan de manera articulada, en tiempo real, una multiplicidad de empresas localizadas
en distintos espacios geográficos bajo el comando de una firma líder para llevar a cabo la
elaboración de un bien o servicio, crecientemente diferenciado (Castells 1996).
El cambio en la estrategia reproductiva de las grandes corporaciones no hubiese
sido viable sin los avances tecnológicos, sobre todo en el área de la informática y las
comunicaciones, que acaecieron sobre finales del siglo pasado. Las innovaciones en
software de información managerial y la aparición de computadoras cada vez más
potentes, permitieron obtener información fiable a un menor precio. El desarrollo de la
tecnología satelital y la fibra óptica habilitó la transferencia de grandes volúmenes de
información a gran velocidad y con muy buena calidad de señal. Los costos de transporte
también decrecieron en esta etapa. El desarrollo de la contenerización tuvo una especial
importancia a este respecto. Simplificó el traslado de cargas pesadas y grandes, y permitió
realizarlo de una manera más rápida y segura (Dicken 2015). Estas innovaciones
habilitaron una compresión del tiempo y el espacio, y facilitaron que las grandes empresas
industriales pudieran deslocalizar y reubicar su producción en múltiples y dispersos
4
El outsourcing refiere en forma general a la deslocalización productiva o subcontratación de parte del
proceso productivo de una empresa. Esta puede tener distintas modalidades, puede darse entre empresas
que operan en un mismo país, en países fronterizos (en este caso se trata de nearshoring) o en países
extranjeros más distantes (offshoing). Por su parte, los términos reshore/onshore aluden al proceso inverso,
es decir, trasladar nuevamente al país local un proceso productivo desde el extranjero (Peck 2017).
espacios geográficos, mientras mantenían el control de actividades complejas a distancia
(Baldwin 2012; Dicken 2015; Gereffi y Korzeniewicz 1994).
Asimismo, es importante destacar que la creciente fragmentación y relocalización
de la producción fue acompañada e impulsada por procesos de liberalización, apertura,
descentralización y privatizaciones, que tuvieron lugar a fines del siglo pasado. Dichos
procesos, aunque con diferente intensidad, alcanzaron a los distintos espacios nacionales
del sistema capitalista mundial e implicaron una importante reconfiguración del Estado y
su rol en la economía. El Estado nación, entre otras cuestiones, redujo y cambió sus
formas de implicación en el direccionamiento de la actividad económica. Ello produjo,
por un lado, que el mercado y el sector privado adquirieran un rol significativo como
motorizadores y reguladores de la acumulación capitalista (Harvey 2007b; Peck 2001).
Y, por otro, que la intervención estatal en la economía dejara de estar centralizada a escala
nacional, procurando la administración de la demanda, y pasara a orientarse, de manera
más fragmentaria, al estímulo de la oferta. De este modo, el pleno empleo y el manejo de
la demanda agregada dejaron de ser prioridad; el objetivo de la intervención estatal pasó
a asociarse con el estímulo de la innovación y el desarrollo tecnológico de aquí el
apelativo de schumpeteriano
5
con que el que suele hacerse alusión a estos Estados para
mejorar la competitividad de las empresas locales en un sistema mundial cada vez más
abierto e integrado (Jessop 2008).
Todos esos cambios moldearon la configuración de un arreglo institucional y
espacio-temporal alternativo al fordista-keynesiano, que aquí denominamos postfordista-
schumpeteriano. Dicho acuerdo presenta como característica distintiva la producción
flexible, articulada a escala planetaria y en tiempo real, con Estados nación que ocupan
un lugar marginal en la escena económica, pero sin por ello dejar de intervenir
selectivamente para impulsar la reproducción del capital. El aparato estatal, a través de
procesos de liberalización y apertura, que favorecen el flujo de mercancías y capitales, y
de la implementación de distintas políticas que tienen a estimular la competitividad de las
empresas privadas, contribuye a generar un entorno institucional que propicia la
participación de los actores locales en la producción globalizada.
En el marco de este nuevo arreglo tuvieron lugar dos acontecimientos novedosos
para la historia del capitalismo. Por un lado, la pérdida de dinamismo y relevancia en el
5
Schumpeter fue un economista que enfatizó en la importancia del empresario innovador como fuerza
motriz del capitalismo. En especial se lo asocia con el interés en promover la innovación y la competitividad
para mejorar el desempeño económico.
producto global de los países centrales. Por otro, la emergencia de un nuevo centro
dinámico de acumulación: el este de Asia. En el punto siguiente se analizan las
particularidades del ascenso de esta región en la economía capitalista, y su incidencia en
la dinámica actual del sistema.
2. Una mirada hacia el nuevo centro de acumulación capitalista y la importancia de
China a inicios del siglo XXI
La gran mayoría de los países del sistema capitalista participan de esta nueva forma de
reproducción del capital a través de cadenas globales de producción, aunque no todos lo
hacen con la misma intensidad ni del mismo modo. En este escenario, cobra especial
relevancia la región del este de Asia, pues es la de mayor dinamismo en su participación
en los encadenamientos productivos globales. Las trayectorias de los países dinámicos
del este asiático sobre todo, las de Taiwán, Corea del Sur y Hong Kong permiten
introducir elementos para reflexionar acerca de una incorporación a estas cadenas como
vía conducente al desarrollo dentro del sistema capitalista mundial.
Como se mencionó en el punto anterior, el pasaje hacia el arreglo posfordista-
schumpeteriano dotó de viabilidad y coherencia a las nuevas estrategias productivas de
las empresas radicadas en los centros del sistema mundial. Tal reconfiguración productiva
global dio lugar a un crecimiento económico excepcional de los países de la región del
este de Asia, que se posicionaron como el nuevo centro dinámico de la acumulación
mundial, sobre la base de un fuerte desarrollo de la actividad manufacturera (Fernández,
Lauxmann y Trevignani 2014).
El crecimiento asiático en la producción manufacturera comenzó a mediados del
siglo XX con la industrialización de Japón y tuvo continuidad, bajo una lógica de flying
geese que instaba a la integración productiva regional en otros países del este de Asia,
como Taiwán, Corea del Sur y Hong Kong (Kasahara 2013). No obstante, el dinamismo
regional no solo respondió a los vínculos endógenos; se vio auxiliado, e incluso adquirió
mayor alcance, a partir de la afluencia de capital extranjero estadounidense y europeo
(Gereffi 1999; Glassman 2011), en el marco del proceso de outsourcing y offshoring de
las grandes empresas fordistas.
La inserción de las empresas de los países del este de Asia a la producción
globalizada comenzó por las “vías bajas”. Como se hizo referencia, la deslocalización
productiva de las grandes empresas de los países centrales estuvo motivada por la
necesidad de bajar los costos productivos y mantener la tasa de ganancia. Al procurar la
consecución de este objetivo, la vinculación de las compañías de los centros con los
actores empresariales de los países asiáticos se encontró asociada, inicialmente, a
actividades de bajo valor agregado que demandaban escasos niveles de conocimiento,
habilidades y tecnología
6
. No obstante, hacia finales del siglo pasado, estos países
avanzaron a posiciones de mayor jerarquía dentro de las cadenas, e incluso comenzaron
de liderar encadenamientos productivos regionales y globales (Gereffi 1999).
El análisis de la evolución del contenido tecnológico de la producción
manufacturera exportada es un interesante indicador aproximado de este proceso de
upgrading de los países asiáticos en la producción global. Como se advierte en el gráfico
1, hay un peso creciente de productos de media y alta tecnología en la canasta exportable
de los países asiáticos.
Gráfico 1. Exportaciones del este de Asia. Clasificación de productos manufacturados
según complejidad tecnológica (miles de USD), 1995 y 2021
Fuente: elaboración propia a partir de datos de UNCTAD (2023).
En este escenario de progresiva cualificación productiva, la política industrial
implementada por los Estados de estos países asiáticos ocupó un lugar relevante. La
intervención estatal, lejos de habilitar solamente procesos de liberalización del comercio
y de los flujos de capital, o de aplicar políticas industriales que tiendan a reforzar la
competitividad de las empresas existentes conforme a las leyes del mercado, procuró
avanzar en procesos de transformación estructural. Para ello se valió del diseño y la
6
El análisis de las distintas actividades en que pueden dividirse las cadenas, y el valor agregado asociado
a las mismas ha quedado esquematizado en lo que se conoce como la “curva de la sonrisa”, ver Baldwin
(2012).
-
50.000.000
100.000.000
150.000.000
200.000.000
250.000.000
300.000.000
350.000.000
400.000.000
450.000.000
500.000.000
1995 2021 1995 2021 1995 2021 1995 2021
Japón Corea del Sur Taiwán Hong Kong
Manuf. intensiva en mano de obra y recursos naturales
Manuf. de baja cualificación e intensivas en tecnología
Manuf. de cualificación media e intensiva en tecnología
Manuf. de cualificación alta e intensiva en tecnología
implementación de políticas industriales, distorsionadoras de las señales del mercado,
orientadas a estimular el desenvolvimiento de un sector manufacturero complejo y
dinámico. De este modo, las empresas de dichos países fueron ascendiendo, logrando
distintos tipos de upgrading, y participando por las “vías altas” dentro de las cadenas
globales y regionales de producción. Entre las medidas de política más desatacadas
implementadas por estos Estados pueden mencionarse: a) el direccionamiento del crédito
a la actividad industrial a través de la banca pública y/o mediante el uso de la banca
comercial privada; b) el condicionamiento al ingreso de la inversión extranjera directa de
las empresas transnacionales, que, además de restringir el acceso a ciertos sectores,
estimulaba vínculos de asociación con el capital local público y/o privado con el
objetivo de habilitar la transferencia de tecnología a las empresas nacionales; c) el
establecimiento de institutos de investigación públicos que asistían a las empresas
vernáculas, d) el control de la participación de componentes locales en las exportaciones;
e) la restricción a las importaciones para poder avanzar domésticamente en la producción
de los distintos componentes de los bienes industriales exportables; y f) los subsidios a
las exportaciones (Amsden 2001; Evans 1995; Wade 1990).
El ascenso de la región asiática en la producción globalizada también puede
observarse a partir de analizar su capacidad de generación de innovación tecnológica en
el mundo. La cantidad de solicitudes de patentes es un indicador que permite dar cuenta
de ello. Tal como se observa en el gráfico 2, el este de Asia ha logrado un extraordinario
proceso de convergencia con los países centrales en las últimas décadas, al punto tal de
equiparar su número de solicitud de patentes en la actualidad.
Gráfico 2. Porcentaje de solicitudes de patentamientos por área geográfica, 1980, 2000
y 2020
Fuente: elaboración propia a partir de datos de World Intellectual Property Organization (2023).
Nota: Países centrales está conformado por Estados Unidos, Europa Occidental, Japón y la
Mancomunidad de Naciones; este asiático por los países de la Asociación de Naciones de Asia
Sudoriental (ASEAN) más China, Taiwán y Corea del Sur.
Otro indicador que permite advertir la creciente importancia del este asiático en las
cadenas globales de producción es el que da cuenta de la localización geográfica de las
empresas transnacionales. En el proceso de reconfiguración productiva global, las
grandes empresas de los países centrales deslocalizaron, principalmente, las actividades
de bajo valor y conservaron el desarrollo de las tareas de alta valorización en su lugar de
origen. Por lo tanto, conocer si en el este de Asia se radican empresas transnacionales,
permite inferir que allí se encuentran localizadas las actividades centrales, de alto valor.
Como surge del gráfico 3, a pesar de que en la actualidad el 65% de las 500 principales
corporaciones pertenecen a los países centrales, el crecimiento experimentado por las
empresas de los países dinámicos de la región asiática en las últimas dos décadas ha sido
sorprendente.
Gráfico 3. Cantidad de empresas transnacionales dentro de las principales 500 por área
geográfica, 2000 y 2020
97,5%
0,3%
0,3%
0,9%
0,6%
88,0%
8,7%
2,4%
0,5%
0,2%
47,9%
48,5%
3,0%
0,4%
0,2%
Países
central es
Este asiático Resto de Asia América
Latina
África
1980 2000 2020
Fuente: elaboración propia a partir de datos de Fortune Global 500 (2023).
Nota: Países centrales está conformado por Estados Unidos, Europa Occidental, Japón y la
Mancomunidad de Naciones; Este asiático por los países de ASEAN más China, Taiwán y Corea del
Sur.
En virtud de los datos presentados, se advierte un proceso de horadación de la histórica
importancia de los centros en la producción mundial, asociado al fuerte empoderamiento
del este de Asia en el sistema capitalista mundial. A este respecto, vale destacar que, si
bien el crecimiento de esta región inició a mediados del siglo pasado bajo el liderazgo de
Japón, y luego fue traccionado por los procesos de outsourcing y offshoring intra y
extrarregional, el ingreso de China a la Organización Mundial del Comercio en 2001 y su
inserción plena a la economía capitalista mundial dio otro ímpetu al dinamismo regional.
Bajo el comando chino, el este asiático terminó de desplazar del núcleo dinámico de la
acumulación capitalista a los países centrales (Fernández, Lauxmann y Trevignani 2014).
La creciente gravitación de estos países históricamente periféricos y el declive de
la relevancia en la producción mundial de los países centrales ha dado lugar a ciertas
reacciones por parte de los mismos. Como resulta de distintos informes, a partir de la
crisis financiera de 2008 el dinamismo de las cadenas globales de producción se ha
ralentizado (World Bank 2020; World Trade Organization 2019). Diversas razones han
incido en la merma del crecimiento de la producción globalizada, pero la estrategia
defensiva de los países centrales, basada en la recuperación de la escala nacional y/o
macrorregional como espacio privilegiado para la acumulación, a través de procesos de
reshoring y/o nearshoring de su compañías, ha ocupado un lugar significativo (Tate
2014).
469
23
3
4
1
327
150
12
11
0
Pa í s es
cen t r a les
Es t e a s i á t i c o Res t o d e As i a Améri ca La t i n a Áfri c a
2000 2020
Se presenta así un escenario abierto de disputa en el sistema capitalista mundial.
Por un lado, están los países del este de Asia, que han avanzado en su industrialización y
han crecido sobre la base de la deslocalización productiva de la región asiática y de los
espacios centrales. Sin embargo, en la actualidad, bajo el liderazgo de China, la región ha
reorientado su estrategia de desarrollo. China impulsa una estrategia de tipo ofensiva,
para sostener y expandir el poder de la región, basada en un triple juego en el escenario
productivo: a) a escala global produce una acentuada integración con regiones periféricas,
como América Latina y África (Yao 2018; Dussel Peters 2014); b) a escala regional
continúa con el proceso histórico de integración, y alcanza ahora países como Vietnam
(Yuzhu 2011; Kasahara 2013); y c) a escala local avanza en la construcción de cadenas
productivas domésticas, habilitada por su enorme escala (The State Council of the
People's Republic of China 2015).
Por otro lado, los países centrales llevan a cabo las estrategias defensivas
anteriormente referenciadas. Los procesos de reshoring o nearshoring de la producción
de grandes empresas se pueden observar, por ejemplo, en los Estados Unidos y en
distintos países de Europa (Kinkel et al. 2017).
Este escenario conflictual pone en el centro de la escena una diversidad de
elementos novedosos, que demandan su consideración a la hora de pensar estrategias de
desarrollo. El ascenso de China y el afianzamiento de sus vínculos con los espacios
periféricos, sumado al reposicionamiento de la escala nacional y macrorregional tanto
ofensiva, por parte de China, como defensiva por parte de los países centrales introducen
nuevas posibilidades para la acumulación que requieren ser analizadas para esbozar
lineamientos que habiliten la salida de posicionamientos periféricos. Se presentan algunas
consideraciones para el caso particular de los países del América del Sur en el siguiente
punto.
3. América del Sur en la economía capitalista contemporánea
El cambio en el arreglo institucional y espacio-temporal de los 70 permitió que, desde
inicios de la década de 1990, las políticas neoliberales penetraran con fuerza en los países
del sur de América. Se implementaron políticas de apertura, desregulación,
descentralización y privatizaciones que restringieron la capacidad de los Estados de la
región para direccionar el proceso de acumulación de capital. En este escenario, el
mercado internacional y las cadenas globales de producción comenzaron a adquirir mayor
relevancia para el crecimiento regional.
Para analizar en profundidad la inserción de Sudamérica en los encadenamientos
globales, puede examinarse la participación de los diferentes países para los que se cuenta
con información al respecto
7
. El gráfico 4 muestra los vínculos hacia atrás, denominados
en la literatura como backward linkages, y los vínculos hacia adelante o forward linkages.
Los primeros aluden a lo que se conoce como especialización vertical, es decir, el valor
agregado extranjero en las exportaciones de un determinado país. Por su parte, los
vínculos forward aluden al valor agregado producido en los distintos países que forma
parte de las exportaciones de terceros países que lo reciben.
Gráfico 4. Participación forward y backward de los países de América del Sur en las
cadenas globales de producción, 1995, 2000, 2005, 2010, 2015 y 2018
Fuente: elaboración propia a partir de la base TiVA (2023)
De forma general, este gráfico permite observar por un lado que, para los años analizados,
la participación forward ha sido mayor que la backward para los países de la región y,
por otro, que todos ellos han incrementado su participación en las cadenas globales de
valor, tanto en su inserción forward como backward. No obstante, el análisis diferenciado
de los países bajo estudio arroja algunas particularidades interesantes, las cuales se
desarrollan a continuación.
Argentina es el país de la región con menor participación en la producción global
para los años analizados. Presenta valores inferiores a la media mundial tanto en su
participación forward como backward. No obstante, su participación forward tiene más
7
Se toma información de la base de datos TiVA de la OECD que abarca 66 países, cinco de ellos de
América del Sur: Argentina, Brasil, Chile, Colombia y Perú, y datos adicionales para una economía que
representa al resto del mundo.
4,3
12,7
5,2
15,5
10,6
17,4
10,9
15,7
8,1
16,5
10,5
16,8
7,9
16,2
13,2
17,6
11,7
19,7
10,3
23,1
13,1
20,8
13,0
22,0
12,0
17,5
11,0
16,5
11,8
18,7
8,6
23,4
13,3
22,2
12,3
22,0
8,5
25,5
8,9
29,3
10,2
35,3
12,9
40,9
13,2
36,7
13,4
34,9
17,08 17,08
19,65 19,65
21,07 21,07
21,63 21,63
21,52 21,52
22,31 22,31
0,0
5,0
10,0
15,0
20,0
25,0
30,0
35,0
40,0
45,0
backward
forward
backward
forward
backward
forward
backward
forward
backward
forward
backward
forward
1995 2000 2005 2010 2015 2018
Argentina Brasil Chile Colombia Perú Promedio Mudial
relevancia que la backward. La inserción forward y su bajo nivel se relacionan con su
particular dotación de recursos naturales. El país es un importante productor agropecuario
y de alimentos, bebidas y tabaco (Amar y Torchinsky Landau 2019). Estos productos
tienden a operar, centralmente, como bienes finales o bienes intermedios, pero para su
consumo final en el mercado del país importador, participando poco de productos que el
socio comercial exporta con posterioridad (Schteingart, Santarcangelo y Porta 2017). Los
destinos de exportación de esta producción son diversos. Argentina abastece a otros
países de la región, y también a países de Europa y de América del Norte. Con el inicio
del nuevo siglo, el este de Asia, traccionado de manera particular por la demanda China,
comenzó a tener un peso más importante como mercado de destino (ver tabla 1).
Por su parte, la participación backward de Argentina en las cadenas globales se
encuentra asociada, sobre todo, a la producción de vehículos, así como a la industria
alimenticia y al sector agropecuario (Schteingart, Santarcangelo y Porta 2017; Zaclicever
2017; Amar y Torchinsky Landau 2019). El país utiliza distintos productos intermedios
de origen regional centralmente de Brasil para la producción de productos exportables
en los sectores referenciados. No obstante, también se abastece de modo extrarregional.
EEUU y, en especial, China ocupan un lugar cada vez más relevante en este tipo de
vínculos (ver tabla 1).
Tabla 1. Participación Backward (BW) y Forward (FW) de América del Sur,
porcentaje total y por país de destino. Selección de los más relevantes, 1995 y 2018
Fuente: elaboración propia a partir de la base TiVA (2023).
Brasil también presenta una baja inserción en los encadenamientos globales. Además, al
igual que en el caso de Argentina, su participación forward es relativamente más
importante que su inserción backward. En virtud de su particular dotación de recursos
naturales, es un gran exportador de productos agrícolas y minerales, que continúan su
proceso de elaboración en terceros países y son exportados (Amar y Torchinsky Landau
2019). Los principales mercados de destino son extrarregionales. Entre ellos se
encuentran EEUU, diversos países europeos y del este de Asia, con un peso significativo
de China a partir de su creciente gravitación en la economía mundial (ver tabla 1). Es
importante destacar también que, aunque con menor intensidad, Brasil mantiene una
participación forward con países de la región, a través de exportaciones de petróleo,
servicios comerciales y empresariales y de la producción de autopartes (Amar y
Torchinsky Landau 2019). En lo que refiere a la participación backward, Brasil se inserta
en las redes globales en los sectores de minería, producción de alimentos y bebidas, la
industria química, la de metales básicos, automóviles, maquinaria y equipo (Zaclicever
2017). La mayoría de los insumos foráneos que utiliza en sus exportaciones son
extrarregionales; provienen de Estados Unidos y de otros de países de Europa, así como
del este de Asia, con China jugando un rol cada vez más importante (ver tabla 1). Vale
BW FW BW FW BW FW BW FW BW FW BW FW BW FW BW FW BW FW BW FW
WORLD 4,26 12,75 7,95 16,23 11,43 20,90 12,00 17,50 8,53 25,47 WORLD 10,55 16,77 13,04 21,98 14,13 31,02 12,26 22,01 13,42 34,90
BEL 0,05 0,28 0,09 0,70 0,09 0,47 0,13 0,69 0,09 1,01 BEL 0,06 0,30 0,10 0,30 0,07 0,24 0,06 0,22 0,05 0,24
CAN 0,07 0,22 0,19 0,70 0,28 0,70 0,27 1,29 0,13 1,71 CAN 0,12 0,56 0,24 0,71 0,31 0,98 0,28 0,69 0,23 1,77
CHL 0,14 0,88 0,32 0,32 0,00 0,00 0,22 0,19 0,44 0,43 CHL 0,17 0,84 0,26 0,40 0,00 0,00 0,13 0,74 0,24 0,66
COL 0,01 0,09 0,02 0,10 0,11 0,13 0,00 0,00 0,45 0,31 COL 0,09 0,09 0,15 0,10 0,46 0,08 0,00 0,00 0,75 0,20
CRI 0,00 0,02 0,00 0,04 0,01 0,03 0,01 0,09 0,00 0,05 CRI 0,01 0,02 0,00 0,03 0,01 0,07 0,02 0,14 0,01 0,03
FIN 0,03 0,04 0,06 0,07 0,08 0,24 0,08 0,72 0,03 0,13 FIN 0,05 0,05 0,04 0,09 0,06 0,08 0,06 0,05 0,03 0,23
FRA 0,23 0,52 0,24 0,80 0,39 1,34 0,35 0,80 0,18 0,94 FRA 0,25 0,33 0,34 0,55 0,27 0,77 0,23 0,36 0,15 0,55
DEU 0,30 0,62 0,68 1,31 0,74 1,77 0,71 1,22 0,35 1,69 DEU 0,54 0,81 0,82 1,16 0,56 0,94 0,46 0,66 0,35 1,10
ISR 0,02 0,03 0,03 0,03 0,04 0,04 0,05 0,05 0,02 0,04 ISR 0,04 0,06 0,11 0,04 0,04 0,03 0,04 0,57 0,03 0,03
ITA 0,25 0,71 0,40 0,82 0,39 1,46 0,36 0,38 0,24 1,92 ITA 0,26 0,40 0,25 0,51 0,24 0,54 0,16 0,39 0,17 0,90
JPN 0,17 0,22 0,39 0,77 0,90 1,76 0,70 0,62 0,39 1,66 JPN 0,22 0,43 0,37 2,29 0,35 6,90 0,28 0,51 0,24 7,21
KOR 0,07 0,17 0,16 0,64 0,23 1,15 0,29 0,25 0,21 1,85 KOR 0,15 0,44 0,25 0,67 0,20 2,56 0,18 0,59 0,20 3,19
MEX 0,07 0,19 0,07 0,45 0,23 0,36 0,32 0,25 0,15 1,03 MEX 0,23 0,47 0,19 0,87 0,29 0,73 0,74 2,10 0,34 0,78
NLD 0,07 1,17 0,35 0,96 0,14 0,74 0,13 0,98 0,09 0,72 NLD 0,13 0,83 0,58 0,70 0,12 0,48 0,14 0,67 0,08 0,36
ESP 0,17 0,50 0,11 0,37 0,33 0,57 0,24 0,41 0,21 0,54 ESP 0,25 0,84 0,21 0,65 0,36 0,64 0,23 0,97 0,37 1,80
GBR 0,12 0,29 0,23 0,55 0,29 0,70 0,32 0,45 0,20 1,51 GBR 0,16 0,28 0,33 0,34 0,19 0,24 0,31 0,23 0,17 0,28
USA 0,85 0,94 1,80 2,06 2,66 2,37 4,14 3,71 2,25 3,45 USA 1,80 1,16 2,59 1,73 3,21 1,87 3,89 3,47 3,12 2,30
ARG 0,00 0,00 0,51 0,38 1,07 0,18 0,20 0,02 0,33 0,06 ARG 0,00 0,00 0,37 0,54 0,75 0,15 0,13 0,13 0,17 0,07
BRA 0,82 1,10 0,00 0,00 0,84 0,84 0,44 0,09 0,32 0,66 BRA 1,93 1,33 0,00 0,00 1,27 0,82 0,52 0,76 0,37 0,98
CHN 0,06 0,20 0,07 0,19 0,16 0,25 0,11 0,11 0,15 0,68 CHN 1,44 1,31 1,53 3,74 1,88 6,23 1,40 2,57 1,80 4,47
IND 0,02 0,04 0,05 0,06 0,05 0,07 0,05 0,03 0,04 0,03 IND 0,22 0,25 0,30 0,34 0,22 0,35 0,25 0,41 0,21 0,65
PER 0,02 0,09 0,08 0,04 0,14 0,15 0,18 0,26 0,00 0,00 PER 0,05 0,12 0,19 0,07 0,42 0,15 0,20 0,77 0,00 0,00
TWN 0,04 0,26 0,08 0,43 0,17 1,11 0,11 0,14 0,10 0,76 TWN 0,08 0,13 0,09 0,43 0,07 1,28 0,08 0,28 0,09 0,85
THA 0,01 0,21 0,02 0,22 0,05 0,26 0,06 0,08 0,03 0,13 THA 0,12 0,29 0,06 0,36 0,06 0,65 0,06 0,12 0,06 0,61
VNM 0,00 0,02 0,00 0,02 0,01 0,02 0,01 0,03 0,00 0,02 VNM 0,03 1,04 0,03 0,50 0,04 0,47 0,03 0,19 0,05 0,43
RW 0,25 1,33 0,77 1,11 0,85 0,86 1,32 1,86 1,23 1,38 RW 0,88 1,18 1,20 0,98 1,34 0,61 1,04 1,75 2,90 1,54
ARG
BRA
CHL
COL
PER
ARG
BRA
CHL
COL
PER
1995
destacar que, aunque en menor medida, para estas actividades también se abastece de
países de la región (Zaclicever 2017; Amar y Torchinsky Landau 2019).
El caso de Chile es algo distinto. Presenta un elevado grado de participación
forward en las cadenas globales. En función de su dotación de recursos naturales, sus
vínculos hacia adelante se encuentran fuertemente asociados con la exportación de cobre,
ya sea a través del sector minería y/o de fabricación de metales básicos (Cadestin,
Gourdon y Kowalski 2016; Amar y Torchinsky Landau 2019). En lo que respecta al
destino de estas exportaciones, como resulta de la tabla 1, el este de Asia se ha
posicionado como principal comprador, desplazando a Estados Unidos. Vale destacar
que, la extracción y elaboración de cobre también se encuentra vinculada con la
integración backward de Chile. Este tipo de inserción presenta una menor intensidad que
la forward, en tanto para el desarrollo de estas actividades el país no requiere gran
cantidad de insumos importados (Cadestin, Gourdon y Kowalski 2016; Amar y
Torchinsky Landau 2019). En lo que respecta a los terceros países de los que Chile se
abastece se puede advertir la importancia de los vínculos regionales. Compra energía
gas para la extracción y elaboración de cobre a países como Ecuador y Bolivia (Amar y
Torchinsky Landau 2019). Los vínculos extrarregionales son bastante débiles, a
excepción de Estados Unidos y China, de quienes obtiene un bajo porcentaje del valor
agregado que incorpora a sus exportaciones, el resto de las relaciones con países por fuera
de la región son casi irrelevantes (ver tabla 1).
El análisis de Perú da cuenta de una importante integración forward en los
encadenamientos productivos globales. Este tipo de participación en la producción
globalizada se relaciona con su rol de exportador de recursos naturales. La actividad
minera de productos energéticos y no energéticos ocupa un lugar relevante a este respecto
(Cadestin, Gourdon y Kowalski 2016; Amar y Torchinsky Landau 2019). Estados Unidos
y diversos países de Europa fueron los principales compradores de recursos naturales a
Perú durante los 90; mientras que, en la última década, el este de Asia adquirió mayor
preponderancia a este respecto (ver tabla 1). Por su parte, la participación backward de
este país en las cadenas globales es baja. La compra de insumos a terceros países para
involucrarlos en la elaboración de productos que serán exportados se vincula con las
actividades recién mencionadas. Estas, como se presentó para el caso de Chile, requieren
de pocos insumos importados. Los países que suman valor agregado foráneo a las
exportaciones que realiza Perú son, principalmente, EEUU y China (ver tabla 1).
Asimismo, vale destacar que este país también se abastece de recursos energéticos gas
y petróleo de otros países de la región, sobre todo, de Ecuador y Colombia (Amar y
Torchinsky Landau 2019).
Colombia se presenta como un caso intermedio de integración a las cadenas
globales. La forma que asume la integración es variada. Para los años analizados, es más
significativa la participación forward. Esta forma de inserción a la producción globalizada
responde a su dotación de recursos naturales, que coloca al país como un importante
abastecedor de minerales -energéticos y no energéticos- (Amar y Torchinsky Landau
2019). Sus principales mercados de destino son extrarregionales, con una fuerte presencia
de Estados Unidos y, a partir de inicio del nuevo siglo, también de China. Vale destacar
que también abastece a diversos países de la región (ver tabla 1). En lo que respecta a la
partición backward, este país recibe productos importados, centralmente, para la
elaboración de productos en la industria química, metálica básica y la minería. Sin
embargo, también se relacionan con este tipo de vínculos hacia atrás los sectores de
equipos de transporte y de maquinaria y equipos (Zaclicever 2017). La mayoría de esos
productos provienen de Estados Unidos, aunque México y China han ganado
participación durante la última década (ver tabla 1).
Se advierte así que, más allá de las particularidades de los distintos países, el
análisis realizado permite evidenciar una participación poco cualificada de Sudamérica
en las cadenas globales. Los países de la región se insertan a la producción y el comercio
global, centralmente, a través de actividades de bajo valor y escasa complejidad
tecnológica. El examen de la evolución de los distintos rubros de exportación permite
obtener un panorama más acabado al respecto
8
(ver gráfico 5). Las exportaciones de
productos primarios y de manufacturas basadas en recursos naturales son, por lejos, las
más significativas de la región.
Gráfico 5. Exportaciones de América del Sur (miles de USD), 1995 y 2021
8
Asimismo, los gráficos 2 y 3 del punto anterior brindan información complementaria respecto a la
inserción poco cualificada de las empresas sudamericanas en la economía global.
Fuente: elaboración propia a partir de datos de UNCTAD (2023).
Resta destacar que también se puede advertir cierta relación entre la forma de
participación en la producción y el comercio mundial y el grado de desarrollo de los
sectores productivos de los países de la región, tal como resulta del gráfico 6.
Gráfico 6. Contribución de los distintos sectores productores de bienes al valor
agregado de la economía de los países de América del Sur, 1995 y 2008
Fuente: elaboración propia sobre la base de datos de la Comisión Económica para América Latina y el
Caribe (CEPAL 2023).
Así, por ejemplo, Argentina, país que se coloca como un importante productor y
exportador agropecuario y de alimentos en el mundo, y a partir de dichas actividades se
-
20.000.000
40.000.000
60.000.000
80.000.000
100.000.000
120.000.000
1995 2021 1995 2021 1995 2021 1995 2021 1995 2021
Argentina Brasil Chile Colombia Perú
Productos primarios
Manufactura basada en rec.naturales
Manufactura de tecnología baja
Manufactura de tecnología media
Manufactura de tecnología alta
0,00%
5,00%
10,00%
15,00%
20,00%
25,00%
30,00%
1995 2018 1995 2018 1995 2018 1995 2018 1995 2018
Argentina Brasil Chile Colombia Perú
Agricultura, ganadería, caza, silvicultura y pesca Explotación de minas y canteras Industria
inserta en las cadenas globales de producción, presenta una estructura productiva en la
que el sector primario tiene mayor peso que en resto de los países de la región. En el caso
de Brasil, se advierte un incremento de la participación de la agricultura, ganadería, caza,
silvicultura y pesca, así como de minas y canteras en el valor agregado para los años bajo
estudio. El peso creciente de esos sectores puede vincularse con el fuerte posicionamiento
del país como proveedor de minerales y productos agrícolas a nivel mundial. Para los
casos de Chile y Perú, se destacó su fuerte participación en las cadenas y el comercio
global a partir de su dotación de recursos minerales. En estos países la actividad de
explotación de minas y canteras ocupa un lugar relevante en el producto. Una situación
similar, aunque con menor intensidad, se replica para Colombia. Este país se vincula al
comercio y la producción global centralmente a través de la explotación de minerales
energéticos y no energéticos. No obstante, dada su mayor diversificación productiva
como se mencionó, la producción de automóviles y máquinas y equipos presentan un
desarrollo significativo, la contribución del sector minero al valor agregado total de la
economía es menor que en los casos de Chile y Perú.
Por último, un dato adicional para destacar del gráfico 6 es que todos los países
de la región, más allá de sus particularidades, han experimentado una disminución de la
participación relativa del sector industrial en el producto.
En función de lo expuesto, se advierte que, en general, los países de América del
Sur se han insertado en la producción y el comercio global a partir de su notable dotación
de recursos naturales. Este tipo de inserción se ha ido incrementado a lo largo del periodo
analizado, a pesar de la ralentización del crecimiento de la producción globalizada a partir
de la crisis financiera de 2008. La creciente importancia de China en la economía mundial
y el estrechamiento de los vínculos con la región (evidenciados en la tabla 1) permiten
explicar esta tendencia.
De este modo, si bien el dinamismo de China contribuye al crecimiento de
América del Sur, también presenta obstáculos para su desarrollo. La creciente vinculación
con China tiende a reforzar la configuración de estructuras productivas heterogéneas y
especializadas en la elaboración de recursos naturales y obturar las posibilidades de
avanzar en su diversificación y sofisticación.
Sin embargo, es importante destacar que el ascenso de China en el sistema
capitalista mundial y el reposicionamiento de los mercados nacionales y
macrorregionales, a que han dado lugar las estrategias ofensivas y defensivas que se
suscitaron entre este nuevo centro dinámico de la acumulación y los históricos, parecieran
abrir la puerta para mejores escenarios futuros para los países de América del Sur. Los
bajos niveles de integración productiva regional evidenciados hasta el momento, y las
potencialidades de avanzar en este sentido, invitan a pensar en la posibilidad de configurar
cadenas regionales de producción, que incentiven el desarrollo de actividades productivas
de mayor valor y complejidad y puedan dar lugar una integración global más cualificada.
Consideraciones finales
El trabajo procuró avanzar en el entendimiento del proceso de reconfiguración del sistema
capitalista iniciado hacia finales del siglo XX. En ese marco, buscó indagar en el ascenso
del este de Asia y en las implicancias que ello presenta para la dinámica de
funcionamiento sistémica y para la posición de América del Sur en la economía global.
Para ello, en primer lugar, se analizó la especificidad del arreglo institucional y
espacio-temporal surgido a partir de la década de 1970. Se desta en este punto la
preminencia de estrategias de acumulación flexibles por parte de las empresas
transnacionales, articuladas en cadenas globales de producción que operan a escala
planetaria y en tiempo real. Se reconoció la importancia de los desarrollos tecnológicos,
así como de la implicación de los distintos Estados que, aun ocupando un lugar marginal
en la escena económica, intervinieron de manera selectiva para impulsar la reproducción
del capital a través de la producción globalizada. Se resaltó, asimismo que, en este
escenario de reconfiguración tuvo lugar un cambio en el centro dinámico de acumulación
del sistema capitalista, desde el centro a la periferia, más precisamente hacia la región del
este asiático.
En segundo lugar, se indagó en las particularidades de la emergencia de la región
del este de Asia, en la actualidad motorizada por China. Se destacó aquí el rol estratégico
que ocuparon los Estados de los países del este asiático, que habilitaron e impulsaron una
inserción direccionada-condicionada en la producción globalizada, que les permitió
mejorar su posición dentro del sistema capitalista mundial.
El empoderamiento de dicha región históricamente periférica se dio de la mano
de la pérdida de relevancia en la producción mundial de los países centrales. Esa situación
generó reacciones por parte de estos últimos. Se presentó así y continúa presentándose
un escenario de disputa entre los históricos países centrales y los países del este de Asia,
que muestran una creciente importancia. Dicha atmósfera, que no deja de lado la
producción globalizada, vuelve a destacar la importancia en los espacios nacionales y
macrorregionales para dinamizar la acumulación del capital. Se planteó que el nuevo
escenario mundial demanda ser considerado para analizar las estrategias de desarrollo de
los espacios periféricos.
A ello se orientó el apartado previo a estas conclusiones. De manera concreta, allí
se exploró el modo en que los países de la periferia sudamericana participan en la
producción y el comercio global, y los mites y las potencialidades que ello presenta para
habilitar su salida de posicionamientos periféricos, considerando la incidencia que tienen
las características de sus estructuras productivas. Se advirtió que la creciente inserción
internacional, traccionada en gran medida por el estrechamiento de las relaciones con el
este asiático y vinculadas a actividades de bajo valor y escasa complejidad, obturan las
posibilidades de transformación productiva y el desarrollo de la región. No obstante,
también se identificó que el ascenso de China brinda posibilidades para avanzar en
procesos de integración macrorregional y configuración de cadenas regionales de
producción, que permitan cualificar la inserción de Sudamérica en la producción global.
El estudio de las actividades a desarrollar en este proceso de integración productiva
regional, las políticas industriales para estimularlas y la capacidad de los Estados de
América del Sur para llevarlas a cabo, se presentan como una interesante y necesaria
agenda de investigación a futuro.
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