1
doi.org/10.17141/letrasverdes.33.2023.5451
El sector turístico en el contexto de transición energética
The Tourism Sector in a Context of Energy Transition
Karen Ivana Flensborg, Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas
(CONICET), Centro de Estudios Sociales de América Latina (CESAL), Universidad Nacional
del Centro de la Provincia de Buenos Aires (UNICEN), Argentina,
karenflensborg@conicet.gov.ar, orcid.org/0000-0002-9886-8443
Recibido: 15 de abril de 2022
Aceptado: 10 de agosto de 2022
Publicado: 31 de marzo de 2023
Resumen
La transición hacia un aprovisionamiento energético más sostenible adquiere relevancia frente
a un escenario climático crítico. Desde la década de los 70 del siglo pasado, se evidencia una
preocupación entre los académicos, los Estados y las organizaciones no gubernamentales acerca
de la necesidad de disminuir el uso de fuentes fósiles y las emisiones de gases de efecto
invernadero (GEI) asociadas a este. El sector turístico no queda exento de esos retos, por tal
motivo, en el presente trabajo se propone como objetivo analizar la situación del turismo en el
contexto de transición energética, en pos de identificar los desafíos que se presentan para su
descarbonización. El estudio, de carácter exploratorio-descriptivo, se apoya en fuentes
secundarias de información provenientes de bibliografía especializada, documentos estadísticos
y normativos. Los resultados arrojan que los estudios académicos-científicos se han
incrementado paulatinamente en los últimos años, y se detectan desafíos socioculturales,
económico-financieros, político-normativos, técnicos y ambientales, a los que cada uno de los
componentes del sector turístico debe enfrentarse para una transición hacia una economía baja
en carbono. No obstante, resulta necesario profundizar los análisis desde enfoques holísticos
que aborden críticamente la apropiación energética en el sector turístico.
Palabras clave: cambio climático; recursos energéticos; turismo
Abstract
The transition towards a more sustainable energy supply becomes relevant in the face of a
critical climate scenario. Since the 1970s, there has been concern among academics,
governments and non-governmental organisations about the need to reduce the use of fossil
fuels and associated greenhouse gas (GHG) emissions. The tourism sector is not exempt from
2
these challenges, and for this reason, this paper aims to analyse the situation of tourism in the
context of energy transition, in order to identify the challenges for its decarbonisation. In order
to achieve this, this exploratory-descriptive study is based on secondary sources of information
from specialised literature, statistical and regulatory documents. The results show that
academic-scientific studies have gradually increased in recent years, detecting socio-cultural,
economic-financial, political-regulatory, technical and environmental challenges that each of
the components of the tourism sector must face for a transition to a low-carbon economy.
However, it is necessary to deepen the analyses from holistic approaches that critically address
energy appropriation in the tourism sector.
Keywords: climate change; energetic resources; tourism
Introducción
El principal desafío ambiental que enfrentan las sociedades del siglo XXI es el cambio
climático. De hecho, diversas fuentes como la Organización de las Naciones Unidas (ONU,
2019), el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC 2019), la
Organización Meteorológica Mundial (OMM, 2019, 2020), el Programa de las Naciones
Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA, 2017, 2020), Greenpeace (2018) y Bárcena et al.
(2020) coinciden en que es un problema de carácter global, exponencial y persistente. Es decir,
si bien sus efectos se manifiestan de manera diferente según los territorios, no hay dudas de que
repercute en todo el planeta. Asimismo, se refieren al carácter exponencial del cambio
climático, ya que analizan la rapidez con la que se está produciendo, en concordancia con la
intensidad de las actividades antropogénicas y las emisiones asociadas. Finalmente, coinciden
en que tiene carácter persistente, porque no es posible revertirlo, pero frenarlo. Por lo
expuesto, autores como Batie (2008) se refieren al cambio climático como un problema
perverso o malvado, ya que está condicionado por múltiples factores que se interrelacionan;
está conectado a otros problemas (Carroll et al. 2007) (deforestación, cambios en los usos del
suelo, procesos industriales, quema de combustibles fósiles, etc.). Debido a sus complejas
interrelaciones, este tipo de problemas nunca se resuelven (Conklin 2006), sino que se mitigan
o se agravan (Rittel y Webber 1973).
Existe consenso un académico-científico acerca de que el cambio climático constituye
una emergencia mundial que va más allá de las fronteras nacionales. Esto se establece en los
acuerdos internacionales vigentes. Por un lado, el Acuerdo de París (reemplaza al Protocolo de
Kioto) adoptado en la 21° Conferencia de las Partes para el Cambio Climático (COP 21) tiene
3
como objeto disminuir las emisiones de GEI, a fin de mantener la temperatura media mundial
en no más de 2°C, con miras a limitarla a 1,5°C (ONU 2015a). Por otro lado, la Agenda 2030
establece 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), que reemplazan a los Objetivos de
Desarrollo del Milenio (ODM) (ONU 2015b).
El Acuerdo de París está en sintonía con la Agenda 2030, a través del ODS 13, asociado
a la acción por el clima, que propone dos estrategias complementarias: la mitigación y la
adaptación. El IPCC (2014) plantea que la mitigación abarca todas las medidas y políticas
destinadas a limitar y reducir las emisiones de GEI. A saber: utilización de energías renovables
(ER), promoción de la eficiencia energética (EE), fomento de medios de transportes
ecoeficientes, planificación y gestión sostenible de los recursos, impuestos al carbono y
mercados de emisiones, etc. Por su parte, la adaptación reconoce los impactos del cambio
climático como inminentes. Por tanto, es necesario realizar ajustes en los sistemas humanos,
ecológicos y de infraestructura, a fin de reducir la vulnerabilidad e incrementar la resiliencia y
la capacidad para enfrentarlo (la construcción de infraestructuras más seguras y sólidas, la
reforestación de bosques, la creación de cultivos flexibles y variados para estar preparados ante
catástrofes naturales, planes de evaluación, planificación sanitaria, etc.). Todo lo expuesto es lo
que se denomina acción climática (ONU, 2020).
En el informe publicado por el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF 2019) se
establece que la acción climática es esencial para implementar con éxito la mayoría de los
demás ODS, por lo que es imperativo adoptar una visión holística de la Agenda 2030 e
identificar las áreas que requieren intervenciones inmediatas. De hecho, en un documento
publicado por la ONU (2019a, 3) se reconoce que el área que requiere medidas más urgentes
es el cambio climático”, sin descuidar el aumento de la desigualdad entre y dentro de los países,
la pobreza, el hambre y las enfermedades. De ese modo, el cambio climático es un problema
que exige estrategias coordinadas en todos los niveles, y cooperación internacional para avanzar
hacia una economía con bajas emisiones de carbono.
En ese escenario, se considera prioritario destacar que la matriz energética primaria
mundial depende en un 82% de combustibles fósiles ( AIE 2018), cuyas emisiones intensifican
los procesos de calentamiento global (ONU 2015), por lo que constituyen una amenaza para la
estabilidad climática del planeta. La Agencia Internacional de las Energías Renovables (IRENA
2019, 4) afirma que el sector energético es el responsable del 2/3 de las emisiones totales”.
Foster y Elzinga (s.f., 1) sostienen que si continúan las tendencias actuales o, dicho de otra
manera, si la proporción actual de combustibles fósiles se mantiene y la demanda energética se
4
duplica para 2050, (…) el nivel de emisiones tendrá consecuencias climáticas desastrosas para
el planeta”.
Esta situación crítica ha impulsado una nueva fase de transición energética hacia un
aprovechamiento de fuentes con menor impacto ambiental. En este marco, adquiere relevancia
el ODS 7 (energía asequible y no contaminante) ya que contribuye directamente a las metas de
descarbonización acordadas a escala internacional (ONU 2015a). En esta búsqueda de un
modelo energético sostenible es clave la materialización de acciones centradas en: 1. El acceso
seguro a la energía, ya que es una condición determinante para el bienestar humano (Robadey
y Oliveira, 2016). 2. La EE entendida por Gil, Iannelli y Gil (2015, 88) como usar la menor
cantidad de energía posible para obtener el mismo nivel de servicio energético, sin afectar la
calidad del bienestar buscado”. Por su parte, el Consejo Mundial de Energía (2010) enuncia que
la reducción en el consumo de energía se asocia generalmente a cambios tecnológicos, pero
también puede resultar de una mejor organización y gestión o de cambios de comportamiento,
denominados factores no técnicos. 3. Las ER, las cuales provienen de recursos renovables, es
decir, aquellas con capacidad de recuperarse de forma natural y continua como la energía eólica,
solar, geotérmica, biomasa, mareomotriz e hidráulica (Consejo Mundial de Energía, 2012).
No obstante, algunos autores como Netzer y Kofler (2014), Bertinat (2016), Carrizo,
Núñez y Gil (2016), Fouquet (2016) y Fornillo (2017) reconocen a las transiciones energéticas
como procesos complejos y de largo plazo, precisados de una sinergia entre múltiples actores
y políticas públicas que apuntalen su dirección y velocidad, para alcanzar los objetivos de
mitigación al cambio climático (Rosenow, Kern y Rogge, 2017). En línea con lo enunciado,
Hermwille (2014) advierte que la transición del modelo energético actual a uno más diverso y
sostenible plantea múltiples retos que difieren según los diferentes sectores, entre ellos, el
turístico.
De acuerdo al marco contextual enunciado, surgen las siguientes interrogantes: ¿cuál es
la situación del sector turístico frente a los retos climáticos actuales? ¿Qué desafíos afronta el
sector para alcanzar la sostenibilidad energética? A fin de responder estos cuestionamientos, se
propone como objetivo analizar la situación del turismo en el contexto de transición energética,
en pos de identificar los desafíos que se presentan para la descarbonización del mismo. El
trabajo se estructura en diferentes apartados: abordaje metodológico, análisis de la situación del
sector turístico en el contexto de transición energética hacia una economía baja en carbono y
reflexiones finales.
Materiales y métodos
5
El estudio es de carácter exploratorio-descriptivo y adopta un enfoque cuali-cuantitativo,
mediante el acceso a fuentes de información secundaria. Este ejercicio derivó en la consulta a
informes provenientes de organismos internacionales vinculados al cambio climático y al sector
energético (ONU, IPCC, OMM, AIE, IRENA, etc.). Además, se recurrió a documentos
procedentes de instituciones vinculadas al sector turístico como la Organización Mundial del
Turismo (OMT), la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), el Consejo Mundial
del Viaje y el Turismo (WTTC), el Foro Internacional de Transporte (FIT), entre otros. Por
último, se consultó bibliografía especializada sobre procesos de transición energética, EE, ER,
cadenas de valor en el sistema turístico, etc. en diferentes escalas espacio-temporales.
El sector turístico frente a los desafíos climáticos y energéticos globales
En las últimas décadas, el turismo ha experimentado un crecimiento sostenido que se refleja en
el gráfico 1. En el mismo, se observa el flujo de turismo internacional desde 1950, cuando se
registraron 25 000 000 de visitas (OMT 2014), cifra que aumentó a 940 000 000 en el 2010,
hasta alcanzar en el año 2019, 1 500 000 000 de visitas, lo cual supone un aumento del 4% con
respecto al 2018 (OMT 2020). Asimismo, en el gráfico 1 se visualiza que, a lo largo del tiempo,
a los destinos tradicionales de las regiones de Europa y Américas se han sumado otros: África,
Oriente Medio y Asia y el Pacífico (OMT s.f.).
Gráfico 1. Crecimiento del turismo internacional: tendencias y proyecciones
Fuente: OMT (2019).
Por su parte, la OMT y FIT (2020) plantean que se prevé que las llegadas de turistas
internacionales aumenten a 1 800 000 000 en el 2030. Este crecimiento en el flujo turístico
genera implicancias económicas, sociales y ambientales en los territorios. En relación a estas
6
últimas, diversas fuentes, entre ellas Gössling et al. (2010), Peeters y Landré (2012) y Dwyer
(2018) plantean que dada la relación que guarda el turismo con el ambiente, está muy ligado a
los procesos de calentamiento global. En este escenario, Fernández y Sánchez (2014), Olivera
y Cristóbal (2014) y Lastra Bravo et al. (2015) plantean que, desde el momento en que se
impulsa la apropiación turística de los territorios, se manifiestan acciones que involucran, entre
otros, la utilización de combustibles fósiles, procesos de deforestación y cambios en los usos
del suelo con sus consecuentes desequilibrios ambientales.
Al respecto, en el informe divulgado por la OMT y PNUMA (2008, 21) se afirma que
en el año 2005 el turismo contribuyó aproximadamente al 5% del total de CO
2
de las emisiones
globales”, y, en el informe publicado por Lenzen, et al. (2018, 1) se asevera que “entre 2009 y
2013, la huella de carbono global del turismo ha aumentado de 3,9 a 4,5GtCO
2
e, cuatro veces
más de lo estimado anteriormente, lo que representa aproximadamente el 8% de las emisiones
mundiales de GEI”. En ambos documentos se establece que los principales responsables de
dichas emisiones son el transporte, los alojamientos turísticos y otros servicios (gráfico 2).
Gráfico 2. Distribución de las emisiones de CO
2
en el sector turístico
Fuente: OMT y PNUMA (2008). Elaboración propia.
El gráfico precedente da cuenta que el transporte representa el 75% de las emisiones totales,
distribuido de la siguiente manera: transporte aéreo (40%), automóvil (32%) y otros medios de
transporte (autocar, ferrocarril y marítimo) (3%). Luego, se destacan los alojamientos turísticos
(21%) y, por último, los denominados “otros servicios” que comprenden los restaurantes y la
producción de bienes materiales consumidos por los visitantes (4%) (Gössling et al. 2010;
Becken y Bobes 2016; Becken 2019; Da Silva Santos y Marengo 2020; OMT y FIT, 2020). En
base a lo enunciado, Olcina (2012) afirma que:
Si consideramos el turismo como un país emisor de GEI en su conjunto, ocuparía el
lugar, por detrás de Estados Unidos, China, la Unión Europea y Rusia; de manera que
estamos ante una actividad económica que resulta altamente impactante en relación
7
con el control de emisiones de GEI causantes del calentamiento planetario y que exige
medidas urgentes para evitar que sigan aumentando las emisiones a nivel mundial. (p.
16).
En este escenario, Scott y Lemieux (2010), Mancilla-Velasco, Ososrio-García y
Serrano-Barquín (2014), Gössling y Peeters (2015), Lee (2018), la OMT (2020a) y Padilla
(2020) plantean que, si bien el turismo contribuye a los procesos de calentamiento global
mediante las emisiones de GEI asociadas, al mismo tiempo es vulnerable a las modificaciones
físico-ambientales actuales, tales como, el derretimiento de nieves eternas, el aumento del nivel
del mar, los cambios en las corrientes marinas y los fenómenos meteorológicos extremos
(huracanes, inundaciones, precipitaciones, sequias, olas de calor) que afectan de manera
diferente a los destino turísticos. En torno a estos desafíos, en el año 2003, la OMT convocó a
la 1° Conferencia Internacional sobre Cambio Climático y Turismo, celebrada en Djerba
(Túnez), a fin de debatir las complejas relaciones entre el turismo y el cambio climático. En
dicha cita se hizo especial énfasis en los efectos que este último tiene en las diferentes regiones
turísticas (OMT s.f.) y en los destinos localizados en cada una de ellas. Asimismo, se reconoce
que el transporte y otros servicios como los alojamientos turísticos contribuyen al cambio
climático. Se acuerda la creación de un marco para las futuras investigaciones y actividades
normativas en relación a la adaptación y la mitigación, que derivó en la Declaración de Djerba
(OMT 2003).
Los organismos internacionales y la comunidad científica respondieron favorablemente
a esta primera llamada de alerta. Así, el Cuarto Informe de Evaluación del IPCC (2007) otorgó
al turismo un lugar destacado en comparación con informes anteriores. Del mismo modo, en el
año 2006, la OMM creó, en colaboración con la OMT, un equipo de expertos en clima y turismo
(OMT, PNUMA y OMM 2007a). La transcendencia de la temática condujo a que en el año
2007 se efectuara la Conferencia Internacional sobre Cambio Climático y Turismo, celebrada
en Davos (Suiza) (OMT, 2007b). Los ejes temáticos abordados se vincularon al clima como un
recurso clave para el turismo, pues reconocen que este es responsable del 5% de las emisiones
de CO
2
globales. En consecuencia, se debatió en torno de las implicancias del cambio climático
en los destinos turísticos y cuáles son los desafíos en relación con los ocho ODM adoptados por
la comunidad internacional para el período 2000-2015 (ONU 2000). En la conferencia se
analizó el rol del turismo frente al ODM 7 (garantizar la sostenibilidad del medio ambiente) y
se adoptaron cuatro estrategias (OMT 2007a): 1. Mitigar las emisiones de GEI, derivadas
especialmente del transporte y de los alojamientos turísticos. 2. Adaptar las empresas y los
destinos turísticos al cambio de las condiciones climáticas. 3. Aplicar tecnologías (y reforzar
8
las existentes) para mejorar la eficiencia en la gestión de la energía. 4. Recabar recursos
financieros para ayudar a las regiones y a los países pobres.
De acuerdo a lo enunciado, Mena et al. (2020) plantean que la Declaración de Davos
sirvió de base a las deliberaciones de la Cumbre Ministerial de la OMT sobre Turismo y Cambio
Climático, celebrada en Londres (Reino Unido) en noviembre de 2007. Sobre lo expresado en
Davos también se debatió en la Asamblea General de la OMT en Cartagena de Indias
(Colombia) en noviembre de 2007 y en la COP 13 y CMP 3, celebrada en Bali (Indonesia) en
diciembre de 2007.
En el año 2009, la OMT y el Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC, por sus
siglas en inglés) patrocinaron un evento paralelo en las negociaciones de la COP 15 y la CPM
5 celebrada en Copenhague (Dinamarca), a fin de demostrar el compromiso del turismo con el
imperativo climático (OMT, 2011). Estos encuentros tuvieron continuidad a través de
simposios y reuniones paralelas en las diferentes COP posteriores al 2009.
En septiembre del 2015, la comunidad internacional adopta la Agenda 2030 para el
Desarrollo Sostenible. Al respecto, la OMT y Pacto Mundial de Naciones Unidas España (2016,
22) afirma que, si bien el turismo aparece en las metas de los ODS 8, 12 y 14, que están
respectivamente relacionados con el desarrollo económico inclusivo y sostenible, el consumo
y la producción sostenible, y el uso sostenible de los océanos y los recursos marinos”, también
puede contribuir, de manera directa o indirecta, a los 17 ODS. En la Cumbre Mundial de
Turismo Sostenible celebrada en Vitoria-Gasteiz en noviembre de 2015 se adoptó por
unanimidad la Carta Mundial de Turismo Sostenible + 20 (Global Sustainable Tourism Council,
2015). La misma se fundamenta en los ODS y, entre los diferentes ejes planteados, reconoce
que el turismo entre otras debe:
responder de forma activa y urgente al cambio climático, con una reducción significativa
de sus emisiones de GEI;
asegurar la implantación de patrones de consumo y producción sostenibles a lo largo de
toda la cadena de servicios y actividades, y;
adoptar tecnologías y modos de gestión innovadores y apropiados para mejorar la eficiencia
del uso de los recursos (agua, residuos y energía).
En términos de la OMT (2016, 3): el turismo contribuye al cambio climático y a la vez se ve
afectado por el mismo. Por ello, redunda en el propio interés del sector que éste tenga un papel
protagonista en la respuesta global al cambio climático”. Así, diversos autores coinciden al
9
plantear que en el sector turístico se presentan dos grandes desafíos: la mitigación y la
adaptación al cambio climático (Scott, Hall y Gössling, 2016; 2016a; Becken et al. 2020;
Gössling y Higham 2021).
En cuanto a la mitigación, como se ha evidenciado en diversos estudios (OMT 2007a;
OMT y PNUMA 2008; Lenzen et al. 2018) y en el marco de los acuerdos internacionales, el
turismo debe transitar hacia una economía descarbonizada. No obstante, Becken (2019) señala
seis desafíos que se presentan para lograr procesos de descarbonización en el sector turístico
(figura 1).
Figura 1. Desafíos para la descarbonización del sector turístico
Fuente: Becken (2019) Elaboración propia.
El primer desafío está vinculado al crecimiento continuo del turismo. Según la autora, el
crecimiento de este sector no se produce por sí solo, sino que se fundamenta en un conjunto de
mecanismos entrelazados, que se vinculan a través de una agenda común anclada en el
neoliberalismo, las fuerzas del mercado y la tecnología (Bailey y Wilson, 2009). La agenda
neoliberal es cuestionada por Dwyer (2018), Pollock (2015) y Simmons (2017), quienes
identifican el crecimiento del turismo como un riesgo para el medio ambiente, la experiencia
del visitante y el bienestar social. Por tal motivo, se torna relevante reconocer el reto que
conlleva el crecimiento y lo que esto significa para los objetivos climáticos acordados
internacionalmente (Becken 2019).
Al respecto, la OMT, PNUMA y OMM (citado por Gössling et al. 2010) señalan tres
tendencias generales en el crecimiento del turismo: la creciente demanda turística, el aumento
de los viajes de larga distancia y las vacaciones más frecuentes. Existen numerosos estudios
académicos (Lee, 2018; Higham, Ellis & Maclaurin, 2019; Larsson et al. 2019; Peeters, et al.,
2019) que establecen que, debido a estas tendencias, sumado a la dependencia a los
combustibles fósiles, parece poco probable que sea factible una reducción absoluta de los GEI
10
derivados del transporte en general y de los aéreos en particular. En esta línea, la OMT y el FIT
(2020) plantean que las emisiones de CO
2
correspondientes al transporte turístico constituyen
un reto importante, que exige colaboraciones estrechas con el sector de transporte, para apoyar
su compromiso de acelerar la descarbonización.
En este escenario, la OMT (2020a) sostiene que transformar el turismo en pos de la
acción por el clima requiere transitar la senda de las bajas emisiones de carbono. Para ello ve
como factores claves la sensibilización a través de la medición y difusión de las emisiones
derivadas de la apropiación turística, la definición de objetivos con base empírica y la
optimización, mediante instrumentos y estrategias vinculadas a la mitigación y a la adaptación
desde una visión multiactoral.
Por su parte, Scott (2021) plantea que, si bien en los últimos años se ha incrementado la
literatura sobre la temática, es necesario profundizar sobre las tensiones y sinergias (globales,
nacionales y locales) que se presentan para una transición hacia un modelo de bajas emisiones
de carbono en todos los componentes del sistema turístico, desde la aviación internacional, los
alojamientos turísticos, hasta la gestión de destinos y los comportamientos de los viajeros.
Entonces, al reconocer la necesidad de modificar y minimizar la trayectoria de emisiones, la
OMT (2018, 22) afirma que es transcendental promover iniciativas vinculadas al diseño
ecológico; nuevos equipos y tecnologías; energías renovables; reciclaje y desperdicio; vida
silvestre y ecosistemas - protección del paisaje; reducción de la contaminación; acciones de
compensación; campaña de concientización”. En este sentido, Becken (2019) reconoce que la
preocupación por el cambio climático se ha convertido en parte del discurso público (Dwyer
2018), pero las acciones (individuales y colectivas) siguen siendo marginales y a menudo se
equilibran contra los beneficios personales o económicos del turismo (Higham, Cohen y
Cavaliere 2014).
Lo expuesto, deriva en el segundo desafío para la descarbonización del turismo
planteado por Becken (2019), concerniente con la institucionalización de los intereses. Se
fundamenta en la creencia de que el crecimiento se ha institucionalizado y las estructuras
concomitantes proporcionan un poder cada vez mayor a un pequeño número de actores claves
que apoyan la ideología imperante. Esta élite ha construido con éxito un sistema que
promueve sus intereses y ofrece pocas oportunidades para puntos de vista alternativos. Según
la autora, esto puede ser explicado por la Teoría del Dominio Social (Sidanius & Felicia, 1999),
relacionada con la forma jerárquica en la que se estructuran la mayoría de las sociedades, donde
los actores con poder promueven acciones (según sus intereses y lógicas) a expensas de los
subordinados. De este modo, cambiar las estructuras políticas o económicas existentes no es
11
del interés de los tomadores de decisiones actuales, ya que esto podría resultar en una pérdida
de poder (Kilbourne, Beckmann yThelen 2002).
Lo enunciado se vincula al tercer desafío propuesto por Becken (2019) asociado a la
naturaleza de la formulación de políticas. Al respecto, la autora sostiene que los políticos evitan
involucrarse en temáticas desconocidas que puedan implicar un riesgo y connotaciones
negativas al momento de la gestión, y conlleve a la creación de políticas fundamentas en lo
conocido y en futuros deseables (Peeters, et al., 2019). Por su parte, Scott (2021, 23) afirma que
los encargados de formular políticas y planificar el turismo parecen estar desconectados de la
literatura científica sustantiva disponible”. Asimismo, Magrin (2015) y la ONU (2019c)
agregan que las deficiencias de la acción climática no se deben a la falta de soluciones, sino a
la ausencia de voluntad política y a la materialización de acciones específicas, que imposibilitan
la concreción de mejoras y cambios radicales (cuarto desafío). En este sentido, Becken (2019,
11) sostiene que, en lugar de aceptar el imperativo de reducir las emisiones de GEI y trabajar
para conseguirlo, “el turismo sigue adoptando una posición de extrapolación de las tendencias
pasadas y espera que de alguna manera converjan con los objetivos de descarbonización”.
No obstante, diversos estudios dan cuenta de las diferentes estrategias basadas en
tecnologías más limpias que se han implementado en los últimos años a lo largo de la cadena
de valor (Lastra Bravo et al. 2015; Molina y Arias 2016; OACI 2016; Cingoski y Petrevska
2018; Peeters et al. 2019). En este escenario, se enmarca el quinto desafío enunciado por Becken
(2019) el cual está vinculado a la existencia de un enfoque centrado en las tecnologías, y deja
en un plano secundario las cuestiones socioculturales (comportamientos, hábitos de consumo,
etc.). En términos de la autora, lo expuesto requiere de una acción colectiva, que implique el
compromiso no solo del nivel superior de la empresa, sino también de los accionistas,
proveedores, personal y clientes. Se torna necesario el apoyo de políticas para incentivar las
inversiones en estrategias bajas en carbono y la penalización de los equipos e infraestructura
obsoletos. Además, se requiere de una mayor integración entre los recursos humanos y las
innovaciones tecnológicas, a través de comunicaciones y capacitaciones, que garanticen una
utilización eficiente de los mismos.
En este marco, Warren y Becken (2017) sostienen que, para abogar por la acción
climática, es clave la materialización de acciones que involucren mejoras de gestión para
conservar la energía. Al respecto, Buijtendijk et al. (2018) agregan que la conservación de la
energía contempla tanto hábitos de consumo y pautas de comportamiento de todos los actores
involucrados, como equipamientos y tecnologías eficientes (equipos con etiqueta de EE, ER,
etc.). En este sentido, Becken (2019) añade que el cambio puede comenzar desde abajo y ser
12
impulsado por los prestadores turísticos, consumidores, referentes de la administración pública
local, asociaciones privadas, etc. Estos cambios, en términos de la autora, podrían afectar la
geografía del turismo (desafíos seis), ya que los patrones y las tendencias actuales de los viajes
provocan un aumento de las emisiones de GEI” (p. 11).
De este modo, Scott (2021) concluye que la apropiación turística actual es incompatible
con los objetivos climáticos globales, y a fin de superar los desafíos enunciados por Becken
(2019), resulta necesario un compromiso colectivo de transición a mediano y largo plazo en
todo el sistema para avanzar hacia una economía baja en carbono (Gössling y Higham 2021).
Sin embargo, se reconoce que el transporte enfrenta dificultades para reducir las emisiones de
GEI debido a su pido crecimiento, su intensidad energética y el alto costo del cambio
tecnológico (Peeters et al. 2016; Higham, Ellis y Maclaurin 2019; Larsson et al. 2019). Lo
mismo sucede en los alojamientos turísticos, pues experimentan un alto consumo de energía de
origen fósil, y son parte responsable de las emisiones de GEI (Huang, Wang y Wang 2015;
Abeydeera y Karunasena 2019; Melo, Braga y Lins 2021).
En esta nea, Scott, Hall y Gössling (2016a) sostienen que las partes interesadas del
turismo han ignorado este problema durante décadas y han seguido estrategias de crecimiento
sin tener en cuenta las implicaciones para el cambio climático. En términos de Peeters et al.
(2019) estas estrategias han creado vulnerabilidades, incluidas las externalidades ambientales
que ahora deben tenerse en cuenta. De este modo, y dada la inestabilidad observada en el
sistema turístico global y la tendencia a volverse más vulnerable, Scott, Hall y Gössling (2019)
consideran de imperiosa necesidad promover cambios profundos en los enfoques de gestión en
el sector turístico. Para estos autores, en el turismo resulta clave fomentar acciones centradas
en la reducción del consumo de energía y la utilización de fuentes renovables, de manera
especial, en el transporte y en los alojamientos turísticos, a fin de enfrentar los retos climáticos
del siglo XXI.
Lo abordado hasta aquí da cuenta de la multiplicidad de trabajos académicos-científicos
que analizan la situación del sector turístico frente al escenario energético actual. Sin embargo,
se visualiza que la producción de conocimiento se centra en el transporte y en los alojamientos
turísticos, lo cual evidencia una ausencia de enfoques holísticos que aborden de manera crítica
la apropiación energética en el sector turístico (Loehr y Becken, 2021).
Discusión y conclusiones
De acuerdo con lo enunciado en el trabajo se puede establecer que el sector turístico cumple un
rol importante en las emisiones de GEI globales y que sus trayectorias energéticas son
13
incompatibles con los objetivos climáticos actuales. De hecho, la revisión de la literatura da
cuenta de la falta de enfoques holísticos que aborden, de manera crítica, preguntas desafiantes
sobre el papel que juega el turismo como una opción de desarrollo sostenible en un escenario
climático crítico. Lo expuesto amerita estudiar diferentes dimensiones, actores, jerarquías y
articulaciones. Resulta prioritaria la adopción de una perspectiva de análisis integrada a partir
de un abordaje multiescalar, multidimensional y multiactoral.
El cambio climático puede y debe verse como una oportunidad de incorporar, de forma
progresiva, cambios en las dinámicas energéticas del sector turístico. No obstante, se reconoce
que la implementación de acciones vinculadas al uso racional y eficiente de la energía y a la
generación de energía a partir de fuentes renovables, varía en función de diferentes factores
(ambientales, políticos, normativos, económicos, financieros, sociales, culturales y técnicos)
que actúan como móviles y barreras para la descarbonización del sector turístico. Estos factores
y sus implicancias en las dinámicas turísticas difieren, según las condiciones del contexto y de
las prioridades, intereses y capacidades de decisión, de los actores intervinientes en la gestión
y planificación del turismo que operan a diversas escalas.
Del análisis planteado se visualiza que, para lograr la sostenibilidad energética, resulta
prioritario promover cambios en los hábitos de consumo en pos de un uso racional de la energía,
implementar equipamientos (gasodomésticos y electrodomésticos) eficientes, abogar por una
arquitectura bioclimática, fomentar medios de transporte ecoeficiente y estimular el uso de ER.
De este modo, para alcanzar senderos de descarbonización es necesario impulsar
transformaciones radicales a lo largo de la cadena de valor del turismo, a través de la educación,
de la socialización de información y de la gestión de prácticas que deben incorporar los
usuarios. Asimismo, requiere del desarrollo e implementación de nuevas tecnologías y procesos
más eficientes, para lo que resulta clave la promoción de líneas de financiamiento confiables a
largo plazo y de políticas públicas, que estén en sintonía con los objetivos acordados
internacionalmente. Lo expuesto requiere de una mayor articulación entre los encargados de
formular políticas y la literatura científica disponible. De cara al futuro, las investigaciones
deben abogar por un análisis integral entre la escala local y la global, para que el sector turístico
responda de manera efectiva a la crisis climática. Esto amerita de una mayor coordinación,
interacción y complementariedad entre los actores públicos, privados y científicos-académicos
en diferentes niveles de acción.
Por último, se reconoce que los avances que se logren en materia energética (ODS 7) en
el sector turístico tendrán implicancias y efectos transversales para la concreción de las metas
de otros objetivos de la Agenda 2030, tales como: ODS 9 (Industria, innovación e
14
infraestructura), ODS 11 (Ciudades y comunidades sostenibles), ODS 12 (Producción y
consumo responsable) y ODS 13 (Acción por el clima). Los objetivos enunciados tienen una
vinculación directa con las metas de descarbonización previstas en el Acuerdo de París.
Apoyo
El trabajo se adscribe al proyecto de Beca Doctoral CONICET “Eficiencia energética y turismo
con COVID-19. El caso de la Comarca Turística de Sierra de la Ventana y Tandil”. Directora:
Dra. Carina Guzowski. Co-directora: Dra. Ada Graciela Nogar. Asimismo, el estudio se
enmarca en el proyecto de investigación PICT-2017-2960 “Generación distribuida en
Argentina. Energías para la inclusión y la transición”. Directora: Dra. Guillermina Jacinto. Plan
Argentina Innovadora 2020. Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica. 2019-
2022.
Bibliografía
Abeydeera, Lebunu Hewage Udara y Gayani Karunasena. 2019. “Carbon emissions of hotels:
The case of the Sri Lankan hotel industry”. Buildings 9 (11): 1-14.
doi.org/10.3390/buildings9110227
AIE (Agencia Internacional de Energía). 2018. “World Energy Balances 2018”,
doi.org/10.1787/world_energy_bal-2018-en
Bailey, Ian, y Geoff Wilson. 2009. “Theorising transitional pathways in response to climate
change: technocentrism, ecocentrism, and the carbon economy”. Environment and
planning A: Economy and Space 41(10): 2324-2341. doi.org/10.1068/a40342
Bárcena, Alicia, Joseluis Samaniego, Wilson Peres y José Eduardo Alatorre. 2020. La
emergencia del cambio climático en América Latina y el Caribe: ¿seguimos esperando
la catástrofe o pasamos a la acción? Santiago: Comisión Económica para América
Latina y el Caribe. bit.ly/3nNkfWc
Batie, Sandra. 2008. “Fellows address: wicked problems and applied economics. American
Journal of Agricultural Economics 90(5): 1176-1191. bit.ly/3Kjkznj
Becken, Susanne. 2019. “Decarbonising tourism: Mission impossible?”. Tourism Recreation
Research 44(4): 419-433. doi.org/10.1080/02508281.2019.1598042
Becken, Sussane, y Lucas Bobes. 2016. Proving the case: Carbon reporting in travel and
tourism. Madrid: Amadeus. bit.ly/3ERBhYZ
15
Becken, Sussane, Emma Whittlesea, Johanna Loehr y Daniel Scott. 2020. “Tourism and climate
change: Evaluating the extent of policy integration”. Journal of Sustainable Tourism
28 (10): 1603-1624. doi.org/10.1080/09669582.2020.1745217
Bertinat, Pablo. 2016. “Transición energética justa. Pensando la democratización energética”,
bit.ly/3GpR7ek
Buijtendijk, Harald, Juultje Blom, Jorine Vermeer y René van der Duim. 2018. “Eco-innovation
for sustainable tourism transitions as a process of collaborative co-production: The case
of a carbon management calculator for the Dutch travel industry”. Journal of
Sustainable Tourism 26(7): 1222-1240. doi.org/10.1080/09669582.2018.1433184
Carrizo, Silvina, Miguel Núñez y Salvador Gil. 2016. “Transiciones energéticas en Argentina”.
Ciencia hoy 25(147): 25-29. bit.ly/3KqNDsS
Carroll, Matthew, Keith Blatner, Patricia Cohn y Todd Morgan. 2007. “Managing Fire Danger
in the Forest of the US Inland Northwest: A Classic ʻWicked Problem’ in Public Land
Policy”. Journal of Forestry 105(5): 239-244. bit.ly/43lwGZU
Castaño-Molina, Vladimir, y Alejandro Valencia-Arias. 2016. “El papel del transporte en el
desarrollo de la actividad turística: un análisis bibliométrico”. Revista Geográfica
Venezolana 57(2): 280-295. bit.ly/3mgNwbD
Cingoski, Vlatko, y Biljana Petrevska. 2018. “Making hotels more energy efficient: the
managerial perception”. Economic research-Ekonomska istraživanja 31(1): 87-101.
doi.org/10.1080/1331677x.2017.1421994
Conklin, Jeff. 2006. Dialog Mapping: Building Shared Understanding of Wicked Problems.
Napa: CogNexus Institute.
Consejo Mundial de Energía. 2010. “Eficiencia Energética: Una receta para el éxito”,
bit.ly/3GuD5b0
Consejo Mundial de Energía. 2012. “Perspectiva energética mundial”, bit.ly/3MsgCiG
Da Silva Santos, Erick, y José Antonio Marengo. 2020. Desafío e impacto del cambio
climático en el turismo. El escenario brasileño”. Estudios y perspectivas en turismo
29(3): 864-885. bit.ly/3KoGDwM
Dwyer, Larry. 2018. “Saluting while the ship sinks: the necessity for tourism paradigm change”.
Journal of Sustainable Tourism 26(1): 29-48.
doi.org/10.1080/09669582.2017.1308372
Fernández, Juan Ignacio, y Yaiza Sánchez. 2014. “Turismo y cambio climático. Propuesta de
un marco estratégico de acción”. Revista de economía mundial 36: 257-283.
doi.org/10.33776/rem.v0i36.3961
16
Fornillo, Bruno. 2017. “Hacia una definición de transición energética para Sudamérica:
Antropoceno, geopolítica y posdesarrollo”. Prácticas de Oficio 2(20): 46-53.
bit.ly/41dibFv
Foster, Scott, y David Elzinga. s.f. “El papel de los combustibles fósiles en un sistema
energético sostenible”. 7 de abril. bit.ly/3ZUakeZ
Fouquet, Roger. 2016. “Historical energy transitions: speed, prices and system transformation”.
Energy Research and Social Science 22: 7-12. doi.org/10.1016/j.erss.2016.08.014
Gil, Rodrigo, Leila Iannelli y Salvador Gil. 2015. “Ahorro de 1,5 GW en los picos de consumo
eléctrico: iluminación LED”, bit.ly/40UT2zJ
Global Sustainable Tourism Council. 2015. “World Summit on Sustainable Tourism +20”,
bit.ly/3ZRIsYJ
Gössling, Stefan, Michael Hall, Paul Peeters y Daniel Scott. 2010. “The future of tourism: Can
tourism growth and climate policy be reconciled? A mitigation perspective”. Tourism
Recreation Research 35(2): 119-130. doi.org/10.1080/02508281.2010.11081628
Gössling, Stefan, y Paul Peeters. 2015. “Assessing tourism’s global environmental impact
1900-2050”. Journal of Sustainable Tourism 23(5): 639-659.
doi.org/10.1080/09669582.2015.1008500
Gössling, Stefan, y James Higham. 2021. “The low-carbon imperative: Destination
management under urgent climate change”. Journal of Travel Research 60(6): 1167-
1179. doi.org/10.1177/0047287520933679
Greenpeace. 2018. “Imágenes y datos: así nos afecta el cambio climático. Cumbre Climática de
Polonia, una oportunidad que no podemos perder”, bit.ly/2CJN37X
Hermwille, Lukas. 2014. La transición energética a merced de intereses antagónicos”. En
Requisitos para una transición energética global, editado por Bärbel Kofler y Nina
Netzer, 47-65. Berlín: Friedrich-Ebert-Stiftung.
Higham, James, Scott Cohen y Christina Cavaliere. 2014. “Climate change, discretionary air
travel and the ‘flyers’ dilemma”. Journal of Travel Research 53(4): 462-475.
doi.org/10.1177/0047287513500393
Higham, James, Elizabeth Ellis y James Maclaurin. 2019. “Tourist aviation emissions: A
problem of collective action”. Journal of Travel Research 58(4): 535-548.
doi.org/10.1177/0047287518769764
Huang, Kou-Tsang, Jen Chun Wang y Yi-Chieh Wang. 2015. “Analysis and benchmarking of
greenhouse gas emissions of luxury hotels”. International Journal of Hospitality
Management 51:56-66. doi.org/10.1016/j.ijhm.2015.08.014IPCC (Grupo
17
Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático). 2007. “Cambio Climático
2007 Impacto, Adaptación y Vulnerabilidad”, bit.ly/3Mix2KC
IPCC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático). 2014. “Anexo II:
Glosario”. En Cambio climático 2014: Informe de síntesis, editado por Rajendra
Pachauri y Leo Meyer, 127-141. Ginebra: IPCC. bit.ly/2DpxsL1
IPCC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático). 2019.
“Calentamiento global de 1,5 °C. Resumen para responsables de políticas”,
bit.ly/2KvQ8v0
IRENA (Agencia Internacional de las Energías Renovables). 2019. “Transformando el sistema
energético y conteniendo el aumento de la temperatura del planeta”, bit.ly/2mmRcZQ
Kilbourne, William, Suzanne Beckmann y Eva Thelen. 2002. “The role of the dominant social
paradigmin environmental attitudes. A multinational examination”. Journal of Business
Research 55(3): 193-204. doi.org/10.1016/s0148-2963(00)00141-7
Larsson, Jörgen, Anna Elofsson, Thomas Sterner y Jonas Åkerman. 2019. International and
national climate policies for aviation: a review”. Climate Policy 19(6): 787-799.
doi.org/10.1080/14693062.2018.1562871
Lastra Bravo, Xavier Bolívar, Juan Gabriel Coloma Martínez, Dennise Espinosa Jarrín y
Fernando Herrera Ronquillo. 2015. “Las energías renovables en la actividad turística.
Innovaciones hacia la sostenibilidad”. Siembra 2: 86-94.
doi.org/10.29166/siembra.v2i1.1445
Lee, David. 2018. “International aviation and the Paris Agreement temperature goals”,
bit.ly/3KL9ahx
Lenzen, Manfred, Ya-Yen Sun, Futu Faturay, Yuan-Peng Ting, Arne Geschke y Arunima
Malik. 2018. “The carbon footprint of global tourism”. Nature Climate Change 8(6):
522-528. doi.org/10.1038/s41558-018-0141-x
Loehr, Johanna y Sussane Becken. 2021. “The Tourism Climate Change Knowledge System”.
Annals of Tourism Research 86: 1-15. doi.org/10.1016/j.annals.2020.103073
Magrin, Graciela. 2015. “Adaptación al cambio climático en América Latina y el Caribe.
Estudios del Cambio Climático en América Latina”, bit.ly/3ZSbJ5z
Mancilla-Velasco, Stephany, Maribel Osorio García y Rocío del Carmen Serrano-Barquín.
2014. “Cambio climático y turismo: una aproximación a su estado de conocimiento”.
Revista Turismo en Análisis 25(3): 527-551. doi.org/10.11606/issn.1984-
4867.v25i3p527-551
18
Melo, Rodrigo, Solano de Souza Braga y Ruceline Paiva Melo Lins. 2021. “Contribution of
accommodation facilities to direct emissions of carbon dioxide (CO
2
) in the city of
Parnaíba (Piauí State, Brazil)”. Revista Brasileira de Pesquisa em Turismo 15(2): 1-18.
doi.org/10.7784/rbtur.v15i2.1968
Mena, Carlos, María Belén Gómez Martín, David Manuel Navarrete, Luis Lecha Estela y
Eliezer Nieves Rodríguez. 2020. “Turismo”. En Adaptación frente a los riesgos del
cambio climático en los países iberoamericanos Informe RIOCCADAPT, editado por
José Moreno, Clara Laguna-Defior, Vicente Barros, Eduardo Calvo Buendía, José
Marengo y Ursula Oswald Spring, 615-650. Madrid: McGraw-Hill.
Netzer, Nina, y Bärbel Kofler. 2014. “Una transición energética mundial”. En Requisitos para
una transición energética global, editado por Bärbel Kofler y Nina Netzer, 3-16.
Berlín: Friedrich-Ebert-Stiftung.
OACI (Organización de Aviación Civil Internacional). 2016. “2016 Environmental Report”.11
de abril de 2022. bit.ly/3GvrV5S
Olcina, Jorge. 2012. “Turismo y cambio climático: una actividad vulnerable que debe
adaptarse”. Investigaciones Turísticas 4: 1-34. doi.org/10.14198/INTURI2012.4.01
Olivera, Andrés, y Stella Cristobal. 2014. “Gestión de la huella de carbono en turismo”.
INNOTEC Gestión 6: 63-67. bit.ly/3zLI3fV
OMM (Organización Meteorológica Mundial). 2019. “Medio Ambiente”,bit.ly/2JZbNyy
OMM (Organización Meteorológica Mundial). 2020. “WMO Statement on the State of the
Global Climate in 2019”, bit.ly/40PCitJ
OMT (Organización Mundial del Turismo). 2003. “1st Conference on Climate Change and
Tourism”, bit.ly/3KKH0Dm
OMT (Organización Mundial del Turismo). 2007. Davos Declaration ʻClimate Change and
Tourism: Responding to Global Challengesʼ”. Declaraciones de la OMT 17(2):1-18.
doi.org/10.18111/unwtodeclarations.2007.17.0
OMT (Organización Mundial del Turismo). 2007a. “De Davos a Bali: la contribución del
turismo al reto del cambio climático”, bit.ly/40NvxIJ
OMT (Organización Mundial del Turismo). 2011. “Nuestra historia”, bit.ly/43jThpz
OMT (Organización Mundial del Turismo). 2014. “Panorama OMT del turismo internacional”,
bit.ly/3UqA6Gl
OMT (Organización Mundial del Turismo). 2016. “El turismo en la Agenda 2030”,
bit.ly/43yq7mT
19
OMT (Organización Mundial del Turismo). 2018. “La contribución del turismo a los objetivos
de desarrollo sostenible en Iberoamérica”, bit.ly/3KN1GKJ
OMT (Organización Mundial del Turismo). 2019. “Panorama del turismo internacional.
Edición 2019”, bit.ly/412Ptrm
OMT (Organización Mundial del Turismo). 2020. “El turismo internacional sigue adelantando
a la economía global, bit.ly/3nXyKH8
OMT (Organización Mundial del Turismo). 2020a. “Transformar el turismo para la acción por
el clima”, bit.ly/3nRepTK
OMT (Organización Mundial del Turismo). s.f. “Departamentos regionales”, bit.ly/43mayhN
OMT (Organización Mundial del Turismo), PNUMA (Programa de las Naciones Unidas para
el Medio Ambiente) y OMM (Organización Meteorológica Mundial). 2007. “Cambio
climático y turismo: Responder a los retos mundiales”, bit.ly/40Xip3G
OMT (Organización Mundial del Turismo) y PNUMA (Programa de las Naciones Unidas para
el Medio Ambiente). 2008. “Climate Change and Tourism. Responding to Global
Challenges”, bit.ly/3UoxhWl
OMT (Organización Mundial del Turismo) y Pacto Mundial de Naciones Unidas España. 2016.
“El sector turístico y los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Turismo responsable, un
compromiso de todos”, bit.ly/3Kpw9xk
OMT (Organización Mundial del Turismo) y FIT (Foro Internacional de Transporte). 2020.
Transport-related CO
2
Emissions of the Tourism Sector Modelling Results. Madrid:
UNWTO. doi.org/10.18111/9789284416660
ONU (Organización de las Naciones Unidas). 2000. “Declaración del Milenio”,
bit.ly/2GzA5eU
ONU (Organización de las Naciones Unidas). 2015. “Acuerdo de París”, bit.ly/2QiakpZ
ONU (Organización de las Naciones Unidas). 2015a. Objetivos de Desarrollo Sostenible
2030”, bit.ly/2Hen33F
ONU (Organización de las Naciones Unidas). 2019. “Desafíos globales: cambio climático”,
bit.ly/3Mo9pAo
ONU (Organización de las Naciones Unidas). 2019a. Informe de los Objetivos de Desarrollo
Sostenible 2019”, bit.ly/2Sa3l0e
ONU (Organización de las Naciones Unidas. 2019b. Guterres: El punto de no retorno del
cambio climático se precipita hacia nosotros”, bit.ly/40LwO2R
ONU (Organización de las Naciones Unidas). 2020. “Objetivo 13: Adoptar medidas urgentes
para combatir el cambio climático y sus efectos”, bit.ly/2qPoccw
20
Padilla, Noelia Aymara. 2020. “Reflexiones sobre calentamiento global y turismo. Principales
riesgos ambientales y regiones turísticas afectadas”. Entorno Geográfico 20: 1-22.
doi.org/10.25100/eg.v0i20.10557
Peeters, Paul, y Martin Landré. 2012. “The emerging global tourism geography: an
environmental sustainability perspective”. Sustainability 4(1): 42-71.
doi.org/10.3390/su4010042
Peeters, Paul, James Higham, Diana Kutzner, Scott Cohen y Stefan Gössling. 2016. “Are
Technology Myths Stalling Aviation Climate Policy?”. Transportation Research Part
D: Transport and Environment 44: 30-42. doi.org/10.1016/j.trd.2016.02.004
Peeters, Paul, James Higham, Scott Cohen, Eke Eijgelaar y Stefan Gössling. 2019. “Desirable
tourism transport futures”. Journal of Sustainable Tourism 27(2): 173-188.
doi.org/10.1080/09669582.2018.1477785
PNUMA (Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente). 2017. “The Status of
Climate Change Litigation”, bit.ly/3ZWDh9Y
PNUMA (Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente). 2020. “Global Climate
Litigation Report 2020 Status Review”, bit.ly/3MADPzc
Pollock, Anna. 2015. “Social entrepreneurship in tourism: The conscious travel approach.
Tourism, Innovation Partnership for Social Entrepreneurship”, bit.ly/43nXw3u
Rittel, Horst, y Melvin Webber. 1973. “Dilemmas in a General Theory of Planning”. Policy
Sciences 4:155-169. doi.org/10.1007/BF01405730
Robadey, Adrien, y Bruno Oliveira. 2016. El acceso a la energía como un Derecho Humano”.
En Desarrollo Sostenible y Matriz Energética en América Latina: La Universalización
del Acceso a la Energía Limpia, editado por Leonardo Nemer Caldeira Brant, 25-42.
Belo Horizonte: Centro de Direito Internacional.
Rosenow, Jan, Florian Kern y Karoline Rogge. 2017. “The need for comprehensive and well
targeted instrument mixes to stimulate energy transitions: The case of energy efficiency
policy”. Energy Research and Social Science 33: 95-104.
doi.org/10.1016/j.erss.2017.09.013
Scott, Daniel. 2021. “Sustainable Tourism and the Grand Challenge of Climate Change”.
Sustainability 13(4): 1-16. doi.org/10.3390/su13041966
Scott, Daniel, y Christopher Lemieux. 2010. “Weather and climate information for tourism”.
Procedia Environmental Sciences 1: 146-183. doi.org/10.1016/j.proenv.2010.09.011
21
Scott, Daniel, Michael Hall y Stefan Gössling. 2016. “A review of the IPCC 5th Assessment
and implications for tourism sector climate resilience and decarbonization”. Journal of
Sustainable Tourism 24(1): 8-30. doi.org/10.1080/09669582.2015.1062021
Scott, Daniel, Michael Hall y Stefan Gössling. 2016a. A report on the Paris Climate Change
Agreement and its implications for tourism: why we will always have Paris”. Journal
of Sustainable Tourism 24(7): 933-948. doi.org/10.1080/09669582.2016.1187623
Scott, Daniel, Michael Hall y Stefan Gössling. 2019. “Global tourism vulnerability to climate
change”. Annals of Tourism Research 77: 49-61. doi.org/10.1016/j.annals.2019.05.007
Sidanius, Jim, y Pratto Felicia. 1999. Social dominance: An Intergroup theory of social
Hierarchy and Oppression. Cambridge: Cambridge University Press.
Simmons, David. 2017. Neoliberal politics and the fate of tourism. En Tourism and political
change, editado por Richard Butler y Wantanee Suntikul, 9-24. Oxford: Goodfellow
Publishers.
Warren, Christopher y Susanne Becken. 2017. Saving energy and water in tourist
accommodation: A systematic literature review (1987-2015). International Journal of
Tourism Research 19(3): 289-303. doi.org/10.1002/jtr.2112
WWF (Fondo Mundial para la Naturaleza). 2019. Una oportunidad única para acelerar el
progreso del clima, la naturaleza y el desarrollo”, bit.ly/3maNK44