Eutopia. Revista de Desarrollo Económico Territorial N.°
23, junio 2022, pp. 32-56
ISSN 13905708/e-ISSN 26028239
DOI: 10.17141/eutopia.23.2023.5914
Aportes
de la prospectiva a la construcción de futuros en el proceso de planificación
territorial
Contributions of foresight to the construction of futures in the
territorial planning process
Luisa Mattioli. Instituto Regional de Planeamiento y Hábitat - Consejo
Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas - Universidad Nacional de
San Juan (IRPHa-CONICET-UNSJ), San Juan, Argentina. mss30291@gmail.com. https://orcid.org/0000-0002-1126-0225,
Ana María Blanco
Avila. Instituto Regional de Planeamiento y Hábitat - Consejo
Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas - Universidad Nacional de
San Juan (IRPHa-CONICET-UNSJ), San Juan, Argentina. anablanco@conicet.gov.ar.
https://orcid.org/0000-0002-7617-4766
María
Valentina, Soria.
Instituto Regional de Planeamiento y Hábitat - Consejo Nacional de
Investigaciones Científicas y Técnicas - Universidad Nacional de San Juan (IRPHa-CONICET-UNSJ), San Juan, Argentina. valentina@unsj.edu.ar. https://orcid.org/0000-0003-1032-2102
María
Griselda, Henríquez. Instituto de Investigaciones Socio Económicas, Universidad
Nacional de San Juan (IISEE-UNSJ), San Juan, Argentina. grisuhenriquez@yahoo.com.ar.
https://orcid.org/0000-0003-0519-1152
Recibido: 03/03/2023 – Aceptado: 16/05/2023.
Publicado: 20/06/2023
Resumen
El carácter que asume la prospectiva
en los estudios territoriales redunda en la elaboración de futuros como fase
escindida del proceso de planificación. Asimismo, la aplicación de metodologías
tradicionales en el abordaje de los procesos territoriales, en particular los
asociados a la expansión urbana de ciudades intermedias y mediterráneas, se
dificulta debido a la escasa información disponible. Ante esto, el presente
trabajo pretende generar aportes metodológicos que, tras cuestionar la forma
que adquiere la prospectiva en el proceso de planificación territorial,
posibilite la producción de información requerida para un ejercicio prospectivo
territorial. Para ello se parte de la visión prospectiva en relación con la
teoría de la complejidad que permite un abordaje alternativo tendiente a
formular escenarios futuros hacia una gestión territorial sostenible. La
metodología relacional desarrollada logra un constructo teórico-metodológico
que, sobre una estrategia cualitativa, se estructura en tres momentos y se
aplica al aglomerado Gran San Juan (Argentina).
Palabras clave: planificación territorial, ciudades
intermedias, expansión urbana.
Abstract
The
prospective nature of territorial studies results in the elaboration of futures
as a separate phase of the planning process. Likewise, the application of
traditional methodologies in the approach to territorial processes,
particularly those associated with the urban expansion of intermediate and
Mediterranean cities, is difficult due to the scarcity of available
information. This paper aims to generate methodological contributions from the
questioning of the form that prospective acquires in the territorial planning
process in order to make possible the production of information required for a
territorial prospective exercise. The prospective vision is based on the theory
of complexity, which allows an alternative approach to formulate future
scenarios for sustainable territorial management. The relational methodology
developed achieves a theoretical-methodological construct on a qualitative
strategy, structured in three moments and applied to the Greater San Juan
agglomerate (Argentina).
Key words: territorial
planning, intermediate cities, urban sprawl.
Los estudios prospectivos en su
mayoría, se distinguen por su carácter tendencial, cuantitativo y de escala
macro. Estudios en los que se valora, fundamentalmente, el comportamiento de
variables económicas y/o tecnológicas (Soria, Nozica
y Henríquez 2019). Los enfoques más difundidos de la prospectiva a escala
urbana se vinculan con una perspectiva estratégica de la planificación
territorial. Esta mirada estudia la situación del objeto de estudio a partir de
una matriz FODA analizando fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas e
introduce, a partir de ella, elementos de análisis prospectivo tendientes a
identificar los nudos críticos (situaciones recurrentes), así como los factores
estructurales (tendencias pesadas) y coyunturales (tendencias emergentes o
factores de cambio) (Nozica et al. 2020).
En los planes de ordenamiento
territorial, la prospectiva responde a una secuencia analítica y disyuntiva
planteada luego del diagnóstico del territorio y previa a la propuesta de
planificación. En este marco, el ejercicio prospectivo se estructura en pasos
estancos y poco relacionados perdiendo valor como herramienta de reflexión tras
reducirse a una mera instancia de elaboración de futuros territoriales. Los
escasos desarrollos académicos que abordan los estudios del futuro y la
prospectiva territorial metodológicamente recurren a información referida a
variables globales y adoptan las herramientas clásicas de la prospectiva (Soria
2020).
En los últimos veinte años, los
estudios prospectivos han trazado renovados principios. Autores como Medina
Vásquez, Becerra y Castaño (2014) proponen el concepto de “prospectiva de
cuarta generación” y afirman que con esta herramienta es posible dar respuesta
a las nuevas realidades territoriales que propicia el modelo de desarrollo
imperante en el mundo contemporáneo. En líneas generales, esta perspectiva
busca contribuir al aprendizaje social como una manera creciente y apropiada de
afrontar las transformaciones territoriales no sólo anticipando los cambios
sino, fundamentalmente, actuando con efectividad en su gestión. De esta manera,
se pone el énfasis en la innovación social para abordar problemáticas complejas
como la sostenibilidad ambiental. De allí que el estudio que aquí se presenta
podría incluirse en este enfoque.
El trabajo selecciona al aglomerado
Gran San Juan (GSJ) como caso de estudio y aplicación. El GSJ es el aglomerado
central de la provincia del mismo nombre arrasado por un sismo destructivo en
el año 1944 y reconstruido en el marco del surgimiento de la planificación
urbana en Argentina, constituye un caso único en el país. Esta particularidad,
sumada a las características naturales y culturales (oasis) de la región, así
como la celeridad del proceso de expansión urbana en los últimos años, ponen de
manifiesto la urgencia de pensar y diseñar estrategias que, en tanto permitan
superar las limitaciones metodológicas mencionadas, contribuyan a pensar y
construir futuros territoriales sostenibles. El estudio prospectivo para el GSJ
enfrenta condicionamientos y limitaciones en referencia al tipo y calidad de la
información estadística relevante a la problemática urbana[i], la cual
no siempre está disponible y aun, cuando existe, se encuentra dispersa y,
generalmente, desactualizada. Para salvar estas dificultades se diseña una
propuesta teórico-metodológica e interdisciplinaria que parte de considerar a
la ciudad como un sistema complejo. Se logra la aprehensión de la dinámica
territorial y, con ello, la construcción de una visión prospectiva que se nutre
de la teoría de la complejidad (desde su base epistémica) entendida como insumo
para la planificación territorial.
Si bien en los últimos años los
procesos de planificación en ciudades intermedias han cobrado relevancia, la
prospectiva territorial aún no toma protagonismo en las políticas públicas.
Particularmente, en el GSJ puede advertirse la ausencia de estudios prospectivos
en los procesos de planificación territorial, lo cual es aún más grave
considerando la acentuación de las problemáticas urbanas y periurbanas
evidenciadas en la última década. Por esto, se sostiene que la prospectiva
resulta una herramienta indispensable en la gestión de las transformaciones
territoriales actuales. La anticipación de sentido que guía este estudio
considera que la prospectiva permite interdefinir y
complementar al diagnóstico territorial de la planificación cuando, desde un
proceso iterativo, se considera la complejidad del sistema territorial. En este
sentido, el artículo se propone indicar de qué manera es posible lograr dicha interdefinición y complementariedad sistémica.
Para dar
cuenta de este proceso, el texto se organiza en cuatro apartados. El primero
describe la metodología adoptada para su desarrollo. Luego, se profundiza en el
proceso de construcción teórico-metodológica que permite entender la
vinculación de las teorías adoptadas y formular, desde allí, la propuesta
metodológica. Seguidamente, se presenta la aplicación al caso de estudio y, por
último, se presentan algunas reflexiones acerca de las posibilidades que la
aproximación alternativa de la prospectiva propuesta tendría en los estudios
territoriales.
En el marco del objetivo propuesto,
el desarrollo metodológico implicó la adopción de una metodología de tipo
relacional que hizo posible poner en juego los presupuestos
teóricos-metodológicos de la prospectiva, la teoría de complejidad y la
planificación territorial.
El enfoque propuesto se fundamenta
en los aportes epistemológicos (teóricos y metodológicos) de los sistemas
globales complejos propuestos por Rolando García (2011, 2006). Se complementa
con los desarrollos conceptuales de la prospectiva estratégica de Godet y Durance (2007) lo que
posibilita, a través de un proceso cualitativo, la construcción de la
información territorial para la generación de escenarios futuros. Es decir, se
busca a través de la estrategia teórico-metodológica adoptada superar los
abordajes globales dominantes en los estudios prospectivos que poco aportan en
los estudios territoriales de escala local.
De esta lectura resulta un marco
conceptual posibilita la reflexión en torno a los estudios territoriales desde
el abordaje complejo de los procesos socio-espaciales y produce un conocimiento
comprensivo fundado en la identificación de la estructura y dinámica del
sistema en estudio. Es este conocimiento del sistema complejo el que facilita
la incorporación de la fase prospectiva (en su etapa de construcción de
escenarios futuros) en estrecha relación con la gestión territorial.
La estrategia metodológica es
cualitativa y tiene como objetivo construir el sistema complejo, dado que una
de las características de este tipo de sistema es la imposibilidad de definirlo
a priori. Por el contrario, la definición del sistema resulta de ese proceso de
construcción. Es decir, se recurre a todas aquellas técnicas para la
construcción de datos, necesarias y adecuadas al tipo de conocimiento que debe
producirse según el sistema que se estudie. A modo de ejemplo (y haciendo
referencia al caso que se presenta) se recurrió al análisis histórico, análisis
documental, entrevistas a informantes clave relacionados al ámbito académico y
la gestión urbana, además del análisis estadístico de fuentes secundarias.
La construcción del sistema tanto en
estructura, dinámica y evolución permite aproximaciones sucesivas al objeto de
conocimiento (el territorio). En este proceso es posible identificar distintos
momentos, entendidos como instancias iterativas de reflexión
teórico-metodológica. Cada uno de dichos momentos proponen, a su vez,
estrategias analíticas que permiten abordar la realidad territorial en su
complejidad. De esta manera, se construye, por aproximaciones sucesivas, un
conocimiento comprensivo del sistema territorial que responde a un proceso
analítico iterativo.
En los últimos años suele
presentarse a la prospectiva y a la planificación como procesos diferentes. Sin
embargo, si se recuperan los aportes de los autores clásicos tanto de uno y
otro enfoque es posible sostener que dichas diferencias no son tales. Según
Matus (1980), la planificación del desarrollo es situacional (identifica
agentes, posiciones y tomas de posición), estratégica y de largo plazo. Por su
parte, el enfoque prospectivo estratégico de Godet y Durance (2007) sugiere evaluar qué riesgos asumir o evitar
a fin de obtener los mejores resultados. Uno apunta al manejo de los riesgos y
de la incertidumbre que pudieran afectar tanto a territorios como a
instituciones de forma inesperada. El otro promueve la gestión basada en la
previsión para alcanzar y mejorar los resultados, aumentando la coherencia,
pertinencia e impacto de las acciones. Incluso, tanto Matus como Godet y Durance, comparten la
concepción sistémica de la realidad territorial y recuperan los principios de
dinamismo, inestabilidad, flexibilidad y apertura del sistema, entre otros. Por
todo esto, la prospectiva y la planificación no podrían considerarse procesos
disociados.
Así entendido el proceso de
planificación, es posible poner en juego las categorías de García (2006) y
definir a la ciudad como un sistema complejo. Es decir, dado que los
mencionados autores comparten la misma concepción sistémica, que implica la
complejidad en todas sus dimensiones, no se incluyen otros desarrollos más
actuales, muchos de ellos adheridos a la lógica reduccionista de la
planificación estratégica empresarial que conduce a concepciones que entran en
contradicción con lo que aquí se propone.
Para García la complejidad no está
dada por la cantidad de elementos que contiene un sistema sino por la relación
entre estos (subsistemas) y diversos procesos producidos a distintos niveles de
la realidad territorial. Así, el sistema es disipativo, no lineal y fluctuante
(Prigogine 1983, García 2006) lo que permite la
comprensión de la realidad de modo relacional (Achilli
2005) y la construcción interdisciplinaria del conocimiento[ii]. De esta
forma, estudiar la ciudad/territorio contribuye a superar los modelos
cuantitativos y determinísticos que, en general, propone la prospectiva
estratégica.
Desde esta perspectiva se piensa el
proceso de elaboración de futuros y se promueve un pensamiento científico
orientado al análisis de los procesos territoriales de forma iterativa, en
contraposición al estudio del territorio como producto final (Mattioli 2016; Soria, Nozica y
Henríquez 2019). Esto implica reconocer la estructura del sistema territorial y
la identificación de comportamientos y fluctuaciones. Conforme a lo expuesto,
la definición del sistema se realiza por medio de la identificación de los elementos
organizados en subsistemas, de las relaciones que determinan su estructura
(procesos), de sus límites y de sus condiciones de contorno (García 2006). El
foco se pone en las relaciones (articulación de dimensiones) para prever la
evolución del territorio desde una mirada integradora e iterativa. Según Soria
y Nozica (2017), cuando los estudios del futuro se
abordan desde una mirada compleja, la prospectiva no solo construye escenarios
sino contribuye a comprender la dinámica territorial.
Definir modelos a futuro en estudios
territoriales permite el análisis de las causalidades múltiples y de aquellos
factores difícilmente cuantificables que le otorgan al sistema alta
incertidumbre. Frente a esto, la construcción de escenarios constituye una
herramienta que hace posible considerar opciones de futuro de largo plazo, a la
luz de las incertidumbres y la toma de decisiones (Patrouilleau
2012). Como sostienen Paruelo et al. “los escenarios representan descripciones simplificadas y
potenciales de futuro basadas en un conjunto coherente de suposiciones acerca
de factores críticos y constituyen una excelente herramienta para explorar
sistemas complejos con gran variabilidad intrínseca” (2014, 175).
La propuesta de García si bien
refiere al análisis territorial y el diagnóstico sistémico también hace
referencia a “propuestas alternativas”. Y, por ello permite integrar el
pensamiento prospectivo al diagnóstico sistémico. Para el autor, este tipo de estudios
están centrados en la predictibilidad de la evolución de un nuevo sistema (esto
es, la modificación del actual) que resultaría luego de la implementación de
las medidas previamente definidas (Soria 2020).
A partir de estas consideraciones se
desarrolla una metodología estructurada en tres momentos, los que promueven la
producción de conocimiento en forma de espiral dialéctica, con énfasis en la
construcción de escenarios territoriales a futuro sobre los que se estructura
el proceso planificador, a saber:
Estos
momentos indican la dirección del proceso de planificación territorial y
advierten sobre el tipo de información que es necesario producir. Asimismo,
integran de manera iterativa las instancias de diagnóstico y prospección
territorial que se complementan recíprocamente y evidencian las sucesivas
construcciones de la compleja realidad territorial. El conjunto de tareas que
involucran, operativizan tales procesos. La información resultante es producto
de los recursos disponibles y de la creatividad del equipo de investigación
para aproximarse al sistema objeto de estudio (figura 1).
Figura
1.
Estructura propuesta para la Planificación Territorial
Fuente: Elaboración propia.
A continuación, se explican
brevemente los momentos que conforman la propuesta metodológica a partir de su
aplicación al caso de estudio, especificando para cada uno de ellos, las
técnicas empleadas a tal fin.
Inicialmente, se definieron las
preguntas de investigación que guían el recorte conceptual, espacial y temporal
del sistema objeto de estudio. En este caso, se interrogó acerca de los
procesos estructuradores de la dinámica de expansión del GSJ, estableciendo así
la problemática territorial a abordar.
Las principales limitaciones para
encarar este estudio respondieron a la escasa información sistematizada y,
generalmente, desactualizada sobre este territorio. Para ello, el equipo de investigación
recurrió a diversas técnicas para la construcción y procesamiento de datos
entre las que destaca el análisis histórico-documental a partir de la
recolección, sistematización y mapeo de la información secundaria disponible.
Lo anterior permitió la delimitación
del sistema, la organización de los datos en subsistemas según las categorías
conceptuales definidas y, con ello, la identificación de las invariantes
estratégicas[iii],
las fuerzas impulsoras[iv] y
las incertidumbres críticas[v] (Gallopín 2004).
La provincia
de San Juan se ubica al pie de la precordillera de Los Andes, en el centro
oeste del territorio nacional argentino (figura 2). Su ambiente árido,
conformado por el 80% de relieve montañoso, condiciona la ubicación de la
ciudad. El distrito central, fundado en el valle del Tulum dio origen al oasis
productivo de mayor relevancia en la región. La ciudad oasis es territorio,
paisaje y patrimonio (Roitman 1996) resultado de la
relación en el tiempo de los recursos agua-suelo que definen la disponibilidad,
cantidad y calidad agroproductiva (Mattioli 2016).
Figura
2.
Localización del Gran San Juan.
Fuente: Elaboración propia en base a datos
de IGN (2023) e INDEC (2010).
La expansión urbana, con baja
densidad, avanza sostenidamente sobre las áreas rurales de la provincia lo que
adquiere una significación particular por tratarse el oasis de un territorio
sometido a una doble presión: la del desierto “desde afuera” y la de la ciudad
“desde adentro” (Nozica y Taber
2012). Esta condición, sumada a la alta sismicidad y la escasez de suelo agroproductivo y agua, exige prestar especial atención a
las formas que asume esta dinámica (Mattioli 2016).
El análisis del proceso de
urbanización permite definir como objeto de estudio al aglomerado urbano GSJ,
que abarca a la ciudad Capital completamente y a las áreas urbanas de los
municipios de Rivadavia, Chimbas, Rawson, Pocito y San Lucía (figura 2). El
caso cuenta con una superficie aproximada de 146 km2 y concentra el
72% del total de habitantes, lo que indica el tipo de ocupación poblacional en
el territorio provincial (Consejo para la Planificación Estratégica de la
provincia de San Juan [COPESJ] 2020)[vi].
Hacia 1960 comienza a percibirse el
proceso de concentración de población y servicios, el cual va a contribuir a la
definición de los límites del GSJ[vii]. A
partir de 1980 se registra una importante expansión urbana sobre las áreas
rurales próximas, describiendo el crecimiento urbano del GSJ como de tipo
“difuso” (Malmod 2012), “abierto” (Sánchez y Tejada
2014) y “discontinuo” (Nozica y Taber
2012). En las últimas décadas, esta dinámica ha generado importantes
intersticios y promovido crecientes procesos de especulación inmobiliaria cada
vez que se actualiza el límite urbano (Lirussi, Nozica y Henríquez 2012).
A partir del análisis
histórico-documental fue posible la reconstrucción de los procesos de
configuración territorial del GSJ, esto es, la identificación de las
continuidades y rupturas en torno a los procesos territoriales. Asimismo, se
analizó documentación cartográfica para el intervalo 1940-2000, así como
también imágenes de alta resolución espacial disponibles desde la década del
‘80 en Google Earth, con la intención de identificar,
a través de la interpretación visual y su procesamiento en el software QGIS,
las particularidades de la dinámica urbana en el periodo mencionado (ver Figura
3). Esta instancia se retroalimenta con las tareas del momento siguiente,
permitiendo a partir de este ejercicio comprensivo observar la influencia de
estos procesos en la estructuración del GSJ.
Figura
3.
Proceso histórico de expansión urbana del GSJ.
Fuente: Elaboración propia.
El avance de la ciudad sobre las
áreas de producción agrícola redunda en la configuración de áreas de interfase
urbano-rural, el encarecimiento de la provisión de servicios urbanos, la
reducción de tierras agroproductivas y la
fragmentación del territorio. En los bordes urbanos se advierten dos dinámicas:
la expansión sustentada por los programas de urbanización implementados por el
Estado, por un lado; y las urbanizaciones cerradas/privadas en áreas con
mayores cualidades paisajísticas, promovidas por la plusvalía que genera la
intervención estatal, por el otro.
Definido el
recorte espacial del sistema, se delimitó el recorte temporal a partir de una
primera periodización. Se considera al año 1944 (momento en que ocurre el
evento sísmico que destruyó el 90% del GSJ) como punto de inicio del intervalo
que se cierra en la actualidad (2020).
La ciudad es considerada una
construcción socio-espacial en la que se articulan tres lógicas de producción
urbana: la del Estado o la política pública, la del mercado o la acumulación de
capital, y la de la reproducción de la vida o las necesidades (Theodore, Peck y
Brenner 2009)[viii].
Esta perspectiva se complementa con los aportes sobre la formación y
composición de la renta urbana que entiende al Estado como un agente con
participación decisiva en la formación y actualización de los precios del suelo
urbano, mediante la reglamentación de usos y densidades del espacio urbano
(Jaramillo 2003). Asimismo, se toman los aportes y desafíos teórico-prácticos
que promueven las agencias de desarrollo (Resolución 70 de Naciones Unidas
2015, Secretaría de Hábitat III 2016)[ix], entre
otros acuerdos internacionales sin perder de vista los condicionamientos antes
enunciados.
Los procesos territoriales
ponderados como relevantes, habilitan la vinculación y análisis entre
diferentes categorías que responden a las escalas territoriales y temporales
definidas. Así, el proceso de construcción de la multi-dimensionalidad
sistémica hace posible la identificación de los componentes y las relaciones
que definen la estructura del sistema (figura 4). Como resultado de la
integración dialéctica de la información generada en los momentos anteriores
fue posible identificar cuatro subsistemas del GSJ: físico-natural,
político-institucional, social y constructivo.
Figura 4. Relaciones multidimensionales del
sistema.
Fuente: Elaboración propia.
Una vez definida la estructura del
sistema es posible avanzar hacia la comprensión de los procesos
socio-espaciales asociados a la expansión metropolitana y, con ello, la
definición de los niveles territoriales de los fenómenos involucrados.
Siguiendo a García (2006), tales procesos, vinculados a las preguntas de
investigación y al recorte del sistema, pueden clasificarse como de primer
nivel (propios del contexto local), segundo nivel (referidos al contexto
regional-provincial) o tercer nivel (inherentes al contexto nacional-global).
En el caso GSJ, se reconocieron como
procesos de tercer nivel, los siguientes:
-
Tecnificación productiva nacional asociada a la inserción
del país al Mercosur y su consolidación como proyecto político y económico
regional.
-
Concentración urbana y éxodo de población rural.
-
Avance del modelo extractivista ante la demanda mundial de
recursos energéticos, minerales y agropecuarios.
-
Profundización de la segregación y fragmentación territorial
por el desarrollo de un urbanismo extractivista.
-
Acentuación de los efectos del cambio climático global que
inciden desfavorablemente en los ambientes naturales y construidos, más aún en
aquellos con altos grados de densificación urbana.
-
Dualidad y dinámica diferenciada en modelos de desarrollo
nacional (neoliberal- Estado de bienestar) en un marco de incertidumbre
política y económica mundial.
Se
identificaron como procesos de segundo nivel:
-
Persistencia del proceso de primarización
de la economía provincial.
-
Tendencia creciente a la internalización de la producción
vinculada a importantes inversiones en infraestructura energética y vial.
-
Creciente incorporación de tecnologías alternativas para la
producción de energía.
-
Exclusión de importantes segmentos de la población como
resultado del modelo de estructuración productiva del oasis (organización
empresarial).
-
Dinámica de crecimiento poblacional ubicada en la fase de
nivel de reemplazo.
-
Integración de desarrollos científico-tecnológicos en el
sector productivo.
-
Avances en torno a la gestión integral de residuos sólidos
urbanos.
-
Persistente debilidad institucional referida a los procesos
de planificación y gestión urbana.
Por último,
se consideran procesos de primer nivel:
-
Modelo institucional centralizado en la gestión provincial
del suelo a través en la Dirección Provincial de Desarrollo Urbano[x]
(DPDU).
-
Acentuada descoordinación interinstitucional entre las
diferentes áreas involucradas a la planificación territorial.
-
Persistente debilidad institucional en relación al
desarrollo de instrumentos de regulación del suelo.
-
Tendencia al decrecimiento poblacional del municipio Capital
y el consecuente aumento de la población en el resto de los municipios del GSJ
avanzando sobre tierras agroproductivas del oasis.
-
Cualificación en ascenso de recursos humanos técnicos y
profesionales de diversas disciplinas involucradas con los estudios
territoriales.
-
Creciente expansión de la isla de calor y aumento de
temperatura que genera disconfort urbano en las áreas
de mayor concentración poblacional y edilicia, sumado al déficit de espacios
públicos verdes.
-
Permanencia histórica de una expansión urbana dispersa y de
baja densidad que dificulta la provisión y accesibilidad de servicios y
equipamiento urbano.
Aquí se pretende comprender la
relación entre subsistemas entendidos como factores críticos
multidimensionales, así como las fuerzas impulsoras, incertidumbres críticas e
invariantes estratégicas (Gallopín 2004). Al
respecto, García y Matus coinciden que la complejidad de los procesos
territoriales no puede reducirse a una explicación lineal de causas-efectos
sino que deben ser considerados desde una multi-causalidad
interactuante mediante el estudio de las interrelaciones. Dicho esto, es
importante definir las herramientas que contribuyan con la definición de
fuerzas en base a la interpretación de los procesos identificados
anteriormente. En este sentido, se definieron las siguientes preguntas: ¿Qué
momentos de inflexión histórica condicionaron la expansión urbana? ¿Qué
políticas se concatenan en el territorio para la definición de planes y cuáles
forman parte de fuerzas que condicionan dicha expansión? ¿Qué agentes ayudan a
comprender los procesos enunciados, y desde qué lógica e intereses?
Para responder tales interrogantes
se profundizó en el análisis retrospectivo de las políticas y planes elaborados
para el GSJ, buscando identificar los momentos de inflexión histórica que
condicionaron la expansión urbana en el periodo de estudio. Asimismo, se
realizó la consulta a informantes clave relacionados al ámbito académico y la
gestión urbana a través de entrevistas semi-estructuradas
permitiendo la producción de información que colaboró en la comprensión de los
procesos territoriales estructuradores del sistema. En este punto, la
prospectiva propone el empleo del método Delphi que produce información de
forma sistemática e interactiva sobre los aportes de un grupo de expertos en
determinadas temáticas. Según Godet (2000) su empleo
permite la obtención de información relevante para la construcción de
escenarios futuros. La consulta a expertos como forma de abordaje cualitativo
tiene detractores tal como Terlock (2016), tras
argumentar la presencia de miradas sesgadas y predictivas de la realidad. Sin
embargo, frente al escaso número de expertos locales y la limitación de
consultar a otros que desconocen las particularidades del caso de estudio, se
optó por la aplicación de entrevistas semi-estructuradas
que permitieron complementar la información generada hasta ese momento y
aportar sus percepciones según el lugar ocupado por el informante.
Este momento posibilitó una primera
integración del proceso de planificación para definir ciertos ajustes del
diagnóstico (sistema de relaciones) al incorporar aspectos inicialmente
desatendidos. Además, permitió reconocer el funcionamiento del GSJ y las
fuerzas que orientan nuevas categorías para la formulación de anticipaciones de
sentido.
Esta instancia implicó el abordaje
crítico de las políticas públicas territoriales implementadas para el GSJ entre
los años 1942 y 2015. Se trata de cinco planes urbanos que fueron
institucionalizados e indican diferentes momentos en la construcción del sistema
territorial, a saber:
-
Plan Regulador, 1942. Enmarcado en el surgimiento del
urbanismo y de la planificación como disciplinas en el contexto nacional[xi], y
anterior al terremoto destructor de la ciudad (Collado 2008).
-
Plan Regulador y de Extensión, 1948. Diseñado para la
reconstrucción de la ciudad (Ley Provincial N° 1.254
y Decreto Nacional N°17.087 1948).
-
Plan Estratégico y Participativo DECI San Juan, 2000.
Desarrollado en el ámbito municipal de la ciudad Capital y aunque no llega a
implementarse dada la crisis del año 2001, el estudio diagnóstico incluye el
área metropolitana (Municipalidad de San Juan 2000).
-
Plan Estratégico de Ordenamiento Territorial Urbano-Rural,
2006. Este plan, realizado a nivel provincial hace eje en la inserción de la
provincia en el MERCOSUR, atendiendo a la centralidad del GSJ (Gray de Cerdán
2006);
-
Plan de Ordenamiento Territorial para el Área Metropolitana
de San Juan, 2013/2015. Es el primer plan que aborda exclusivamente el
aglomerado urbano focalizando en la expansión urbana y las problemáticas
asociadas a ésta de las últimas décadas (Ministerio de Planificación e
Infraestructura 2015).
Se realizó un ejercicio crítico de
la información secundaria disponible que permita identificar aquellos procesos
relevantes del sistema territorial que han permanecido en el tiempo, definidos
aquí como invariantes estratégicas para el GSJ. Del análisis fue posible
advertir cómo desde el primer diagnóstico urbano realizado en el marco del Plan
Regulador de 1942 hasta el último Plan del año 2015, buena parte de las
problemáticas continúan, resignificadas y con un mayor nivel de complejidad
(cuadro 1). Este hallazgo pone de manifiesto la incapacidad operativa que, a lo
largo de la historia urbana moderna de San Juan, han tenido los gobiernos
locales con la aplicación de los planes diseñados para superar tales
problemáticas. No obstante, se percibe la importancia asignada a la
planificación territorial en las agendas de gobierno en el periodo estudiado y
en las últimas dos décadas, en particular.
Cuadro 1. Invariantes estratégicas en los
planes urbanos para el GSJ.
Plan Regulador (1942) -
Centralidad de la ciudad. -
Déficit de espacios públicos y de verde
urbano: arboleda, plazas, parques. -
Necesidad de recuperar el sistema de
riego: incorporar el agua para riego a espacios públicos. -
Baja densidad edilicia. -
Pobreza urbana. -
Mala calidad de la construcción.
Vulnerabilidad sísmica. -
Deficiencias en transporte y
circulación. -
Falta de recursos técnicos y
financieros en los equipos estatales. Plan Regulador y de
Extensión (1948) -
Baja densidad. -
Pobreza y vulnerabilidad. -
Escasez de verde urbano, se propone “la
ciudad verde”. -
Deficiencias en el transporte y
circulación. -
Ausencia de administración urbana. Plan Estratégico y
Participativo, DECI San Juan (2000) -
Crecimiento de la pobreza urbana y
marginación social. -
Débil gestión institucional pública y
privada. -
Base económica poco diversificada. -
Vulnerabilidad ante el riesgo sísmico. -
Dificultades en la conectividad interna
y externa de la ciudad. -
Deficiencia de las infraestructuras
básicas, complementarias y servicios. Plan de Ordenamiento
Territorial Urbano-Rural (2006) -
Posición excéntrica de la provincia
respecto a las corrientes comerciales dominantes. -
Centralidad del GSJ a nivel provincial.
-
Estructura urbana monocéntrica
(altos costos organizativos, problemas ambientales crecientes, déficits
calificados en los servicios públicos y desigualdad en el acceso a
condiciones adecuadas de calidad de vida). -
Inequidad. -
Incapacidad para producir cambios y
debilidades socioeconómicas. -
Débil gestión urbana: necesidad de un
modelo de gestión metropolitana. -
Deficiente accesibilidad desde y hacia
los principales nodos de la red de centros. Plan de Ordenamiento
Territorial para el Área Metropolitana de San Juan (2013) -
Centralidad de la ciudad. -
Deficiente gestión urbanística y
regulación normativa. -
Déficit del espacio público y verde
urbano. -
Déficit del sistema de riego. -
Vulnerabilidad urbana. -
Problemas de accesibilidad (transporte
y comunicación). -
Especulación inmobiliaria. |
Fuente: Elaboración propia.
Esta etapa busca obtener y/o
completar la información relevante para la construcción del sistema. Los
criterios aplicados para la selección de los informantes clave se relacionan
con el desempeño de los mismos en organismos e instituciones, públicas y privadas,
bajo la forma de decisores en la gestión del territorio y/o como profesionales
del ámbito científico-académico.
Las entrevistas fueron desarrolladas
durante el año 2018 a partir del diseño de una guía estructurada por los
siguientes tópicos: problemas advertidos en la ciudad actual, soluciones
propuestas por el entrevistado para superar esos problemas y su imagen de
ciudad futura deseada. En el caso de los funcionarios de gobierno, se
incorporan interrogantes sobre la definición (del organismo o área de
desempeño) en relación al modelo de ciudad (objetivos estratégicos, líneas
prioritarias, metas) que permiten planificar sus intervenciones. Por su parte,
a representantes de organismos públicos, se consultó acerca de la coordinación
de acciones con otras áreas.
El análisis de las entrevistas
permitió clasificar los aportes de los agentes territoriales en temas referidos
a: suelo urbano, economía y desarrollo local, geografía urbana, vialidad
urbana, desarrollo ambiental urbano, ordenamiento territorial, riesgo sísmico y
gestión urbana. Así, fue posible complementar el listado de invariantes
estratégicas realizado previamente. Los problemas advertidos de forma
recurrente pueden sintetizarse en los siguientes aspectos:
-
Escasos instrumentos de gestión del suelo urbano que
redundan en una expansión descontrolada del GSJ.
-
Déficit de espacios verdes.
-
Macrocefalia de la ciudad en relación a la provisión de
servicios y equipamientos urbanos, ocasionando problemas de transporte,
accesibilidad y seguridad.
-
Baja implementación de los Objetivos del Desarrollo
Sustentable particularmente, en aspectos referidos a la gestión del riego
urbano, de los residuos sólidos urbanos y el acceso a energías alternativas.
-
Ausencia en el abordaje territorial de principios tendientes
a la gestión de un modelo de ciudad inteligente que incluya aspectos como el
manejo eficiente del riego urbano[xii],
empleo de especies arbóreas autóctonas, gestión administrativa digital, etc.
-
Reducida atención a la gestión integral del riesgo,
fundamentalmente, el sísmico.
Evaluar el
nivel de influencia de cada uno de los factores críticos en el proceso de
desarrollo urbano del GSJ permitió la identificación de las “fuerzas robustas”
(Nalerio, 2013). Éstas se entienden como aquellas
fuerzas históricas que se comportan como grandes líneas rectoras que señalan el
rumbo del sistema territorial y pueden identificarse en distintos niveles. Por
ejemplo: la centralidad del GSJ respecto al territorio provincial, el
crecimiento urbano con baja densidad, las condiciones del hábitat árido, así
como el mercado de suelo y las disputas relativas a la propiedad del suelo
urbano. Estas tendencias identificadas a nivel local, se acentúan frente a la
influencia de otras que actúan a nivel regional y global tales como: la
posición excéntrica de la provincia respecto al modelo de desarrollo nacional,
los efectos del cambio climático, el avance de la lógica extractivista y la
persistencia de una matriz productiva provincial basada en la actividad
primaria. Asimismo, se identifican “tendencias emergentes” (Nalerio,
2013) entendidas como aquellas fuerzas portadoras de factores de cambio que
denotan potenciales puntos de inflexión al interior del sistema. Por ejemplo:
la transformación productiva de la provincia frente a la incorporación de la
minería, el avance en procesos de Investigación, Desarrollo e Innovación
(I+D+I) que buscan redefinir patrones de producción y consumo, etc.
Este último momento tiene como
propósito poner en evidencia las posibles situaciones futuras del sistema
objeto de estudio, tomando como base la ocurrencia/ausencia de determinados
eventos territoriales, así como la acción u omisión política y/o técnica por
parte de los agentes decisores. Por todo esto, el énfasis está puesto en
mostrar contextos futuros que permitan pensar las decisiones más adecuadas para
cada uno de ellos. A partir de considerar las fuerzas analizadas y la propuesta
prospectiva nacional de la Subsecretaría de Planificación Territorial de la
Inversión Pública de la República Argentina [SPTIP] (2013), se definieron tres
escenarios futuros para el GSJ, a saber:
-
Escenario de ruptura: “El GSJ sostenible” basado en una combinación razonable
de despliegues positivos de los factores críticos multidimensionales.
-
Escenario tendencial crítico: “El GSJ vulnerable” que considera el despliegue de algunos de los factores críticos
negativos.
-
Escenario negativo: “El GSJ insostenible” que incluye las tendencias actuales de los factores críticos
multidimensionales y se ubica en el extremo opuesto al escenario de ruptura.
Seguidamente, se profundiza en la
definición de los escenarios construidos al año 2040[xiii] asociados
a la problemática territorial abordada: la dinámica de expansión urbana del
GSJ.
Se considera que los recursos estratégicos de valor
ambiental para el sistema ciudad-oasis, tales
como el agua y el suelo, y constituyen el
sistema disipativo original, mantienen una relación equilibrada. Para
ello, se precisa, entre otras cuestiones:
-
Regular el mercado de suelo, a partir del empleo de
instrumentos fiscales y normativos con fuerza de ley, a fin de que el Estado
intervenga en el proceso de expansión urbana.
-
Intensificar y diversificar los usos del suelo, así como
mitigar la segregación espacial, a través de la gestión de un ente
metropolitano que articule las actuaciones de los agentes públicos, privados y
comunitarios que participan en la producción urbana.
-
Descentralizar los servicios y equipamientos urbanos a fin
de mejorar la conectividad y movilidad urbana y, con ello, mejorar las
condiciones de habitabilidad urbana.
-
Incorporar nuevas actividades productivas y de servicios
vinculadas a la I+D+I, con el fin de fomentar el desarrollo de una sociedad del
conocimiento.
-
Aumentar la densidad edificada e incorporar criterios
vinculados a la arquitectura bioclimática y la eficiencia energética.
-
Incluir el enfoque de la gestión integral del riesgo en las
políticas públicas territoriales y en la gestión urbana.
-
Dotar en calidad y cantidad de espacios públicos y áreas
verdes, así como mejorar la accesibilidad de la población más vulnerable a
equipamiento recreativo, educacional y de salud.
Este
escenario se presenta como sostenible y se entiende como aquel “de los
equilibrios dinámicos”, esto es, diversificado y favorecedor de equilibrios
sociales y territoriales en consonancia con la política nacional y regional
(SPTIP 2013). Asimismo, plantea el crecimiento urbano con desarrollo sostenible
aunque no exento de nuevas problemáticas territoriales. Las condiciones de
ruptura son:
Este
escenario se conforma a partir de la continuidad de las tendencias observadas,
es decir, plantea la situación territorial resultante de no mediar intervención
alguna. Esto supone la profundización de las condiciones actuales: una
expansión urbana con gestión metropolitana débil. Se considera aquí que los
recursos de valor ambiental mencionados alcanzan niveles que ponen en peligro
la relación del agua y el suelo y con ello, al sistema ciudad-oasis. En este
marco, se advierte que:
-
Aunque disminuyen los ritmos históricos de expansión, la
mancha urbana continúa avanzando sobre áreas productivas y ecológicamente
relevantes.
-
La demanda de suelo sobre las áreas periurbanas se mantiene,
así como la edificación a baja densidad.
-
La implementación escasa de herramientas de gestión del
suelo urbano redunda en procesos lentos, conflictivos y de difícil coordinación
entre agentes metropolitanos.
-
Las principales funciones urbanas se mantienen
centralizadas, mientras que los problemas de conectividad y movilidad urbana se
acentúan y, con ello, la calidad de la habitabilidad urbana, disminuye.
-
Continúa la desigual dotación de espacios públicos, áreas
verdes y equipamiento urbano acrecentando procesos de segregación y condiciones
de inaccesibilidad de la población al equipamiento recreativo, educacional y de
salud.
-
Profundización de la vulnerabilidad socio-ambiental del
territorio.
Este escenario se expone como
continuador de las tendencias a la concentración urbana, la expansión
metropolitana ilimitada a baja densidad y la presión sobre el suelo agroproductivo, agudizando las actuales asimetrías
territoriales. A largo plazo se define como insostenible afectando las
dimensiones: ambiental, social, económica y política del desarrollo
territorial. Por consiguiente, se entiende como el escenario “de la fragmentación
territorial” ya que se mantiene una estructura productiva primarizada,
con marcadas tendencias a la centralización y a la concentración de la
propiedad (SPTIP 2013). Las condiciones de esta tendencia son:
-
Intervención sectorial del Estado en la gestión territorial
favoreciendo la concentración de actividades en el GSJ como consecuencia de la
renta diferencial y la desregulación relativa.
-
Densidades urbanas medias y altas concentradas en el área
central del GSJ y densidades bajas en el resto del aglomerado agudizando las
problemáticas de conectividad y movilidad, así como de accesibilidad a los
equipamientos necesarios para el desarrollo de la vida urbana.
-
Patrón de crecimiento expansivo que responde a una lógica
mercantilista de la cual se obtienen los máximos beneficios de tipo rentístico
tras la conversión de la tierra rural a urbana que desplaza constantemente el
límite urbano e invade áreas de valor productivo y ambiental.
-
Existencia de un Plan de Ordenamiento Metropolitano que,
aunque constituye un marco general de acción, no está acompañado por una
normativa respaldatoria. Sumado a ello, la debilidad institucional en la
gestión del suelo urbano, por el rol centralista de la Dirección Provincial de
Desarrollo Urbano (DPDU), presupone el cumplimiento parcial de los postulados
en dicho plan.
-
Ausencia de instrumentos de regulación del suelo y
descoordinación interinstitucional para la gestión de los sistemas de movilidad
urbana, infraestructuras, vivienda y riesgo ambiental.
En este
escenario se desestima el valor ambiental de los recursos agua y suelo, y se
quiebra la relación ciudad-oasis, entendiendo la profundización de las
tendencias negativas que resultan de la inacción o descoordinación de las
actuaciones de gestión urbana. En este escenario se observa que:
-
El proceso de expansión urbana avanza indiscriminadamente
sobre tierras productivas disminuyendo abruptamente la superficie cultivada
bajo la red de riego, afectando la sustentabilidad de la propia ciudad.
-
El mercado de suelo está totalmente desregulado y los
instrumentos de gestión no responden a ningún modelo de gestión territorial
integrada.
-
El crecimiento urbano se acentúa en formas de expansión a
baja densidad y se profundizan las expresiones de segregación territorial.
-
El agravamiento de la centralización de las funciones
urbanas impacta en una reducida conectividad y movilidad urbanas, y el aumento
desmesurado del consumo energético que hacen insostenible la habitabilidad en
la ciudad.
-
La vulnerabilidad sísmica de la ciudad se acrecienta frente
a la reducida capacidad de resiliencia de la población ante la amenaza sísmica.
-
La actuación del Estado a través de instrumentos aislados y
reduccionistas, así como de actos administrativos que contemplan excepciones al
cumplimiento de la norma vigente, beneficiando el cambio de uso rural por otro
urbano e influyendo en la formación y valorización de los precios del suelo
urbano.
-
Persistencia de la primarización
de la economía provincial.
-
Agudización de los déficits vinculados con el acceso a
bienes, servicios, infraestructuras y equipamiento urbanos, entre otros,
vulnerando la habitabilidad urbana.
-
Ineficaz planificación y gestión del suelo urbano respecto
al manejo de los recursos naturales y la creciente polarización social.
Presentados los tres escenarios
territoriales de futuro para el GSJ, se advierte que, dada la dinámica
sistémica del aglomerado, es altamente probable que la tendencia se exprese
hacia el escenario intermedio hacia el 2040, es decir, hacia el escenario tendencial
crítico.
El enfoque
teórico-metodológico desarrollado constituye un aporte innovador para la planificación
territorial y particularmente, el abordaje de los procesos de expansión urbana.
La propuesta pone a disposición un conjunto de relaciones conceptuales y
metodológicas que permiten definir un marco de referencia que integra la visión
de la prospectiva territorial con la de los sistemas complejos.
Considerar al GSJ un sistema
complejo permite pensar, debatir y reflexionar sobre los procesos de
planificación considerando la imprevisibilidad de los fenómenos territoriales y
con ello, diseñar herramientas flexibles para el análisis integral del territorio.
Se consideraron así, las relaciones multidimensionales para la interpretación e
identificación de los procesos que estructuran la dinámica urbana, reconociendo
tendencias robustas y emergentes para el despliegue de los escenarios
territoriales futuros.
Los escenarios construidos para el
GSJ al año 2040 pretenden dar cuenta de las posibilidades que brinda esta
metodología alternativa. Asimismo, ponderar el empleo de técnicas distintas a
las tradicionales en los estudios prospectivos, pone en discusión las
construcciones de futuro dominantes que reducen los estudios territoriales al
mero comportamiento estadístico y global de un conjunto de variables
cuantitativas que explican procesos territoriales desde niveles estancos.
Los resultados obtenidos permiten
sostener que la planificación territorial prospectiva, a diferencia de la planificación
estratégica, recupera la idea sustantiva de
planificar en el largo plazo e intenta superar
las limitaciones y reduccionismos del enfoque
normativo. Es por ello que construir futuros territoriales debe
considerarse inherente al proceso de planificación. Este ejercicio precisa
abordar la complejidad territorial reconociendo los procesos, así como sus
dinámicas, escalas y niveles de afectación de forma iterativa. De esta manera,
se asume la complejidad y la incertidumbre como elementos necesarios de las
políticas públicas y de los instrumentos de la planificación urbana para
responder a las particularidades territoriales. Se permite ampliar objetivos,
explorar caminos alternativos, generar conjeturas sobre potenciales
modificaciones como también, evaluar posibles consecuencias de actuación (o no)
para anticipar conflictos territoriales. Lo desarrollado afirma el supuesto
central del presente trabajo, esto es, indica que la prospectiva permite interdefinir y complementar a los diagnósticos
territoriales en los procesos de planificación cuando se aborda la complejidad
del sistema territorial desde un proceso iterativo.
6.
Agradecimientos
Este trabajo fue realizado gracias
al apoyo institucional del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y
Técnicas de Argentina (CONICET); del Instituto Regional de Planeamiento y
Hábitat (IRPHa-CONICET), de la Facultad de
Arquitectura, Urbanismo y Diseño (FAUD) y del Instituto de Investigaciones
Socio-Económicas de la Facultad de Ciencias Sociales (IISE-FACSO), ambos
pertenecientes a la Universidad Nacional de San Juan (UNSJ), así como del Centro
Interinstitucional de Movilidad Urbana, Logística y Transporte del Sur y Oeste
del AMBA de la Universidad Nacional de Avellaneda (CILOT-UNDAV). Además se
agradecen las contribuciones de Graciela Nozica y
Gabriela Lirussi.
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Notas
[i]
Esta
publicación sintetiza algunos resultados del proyecto “Repensar la ciudad. Estudio
prospectivo para la gestión del crecimiento urbano del Gran San Juan al 2030”
subsidiado por la Secretaría de Ciencia, Tecnología e Innovación del Gobierno
de San Juan, en el marco del Programa de Innovación y Desarrollo (IDEA), 2016.
[ii] Este trabajo interdisciplinario,
desde múltiples perspectivas, estuvo conformado por investigadoras provenientes
de disciplinas como arquitectura, sociología y geografía, especializadas en
estudios territoriales.
[iii] Representan fenómenos o tendencias
que cambian lentamente.
[iv] Representan los factores,
tendencias o procesos que influencian la situación, propulsan al sistema y
determinan el desenlace de la historia.
[v] Cuya resolución afecta en forma
fundamental el curso de los eventos.
[vi]
Estos datos
son los últimos disponibles para el aglomerado. Las estimaciones de población
total provincial para 2020 es de 781.217 personas.
[vii]
Coincide con
el auge del proceso de reconstrucción de la ciudad que finaliza en el año 1971
y con la disolución del Consejo de Reconstrucción. En 1970 se inicia la
construcción de la Avenida de Circunvalación de la ciudad, como parte del plan
de reconstrucción del año 1948.
[viii] Los autores sostienen que para comprender de manera adecuada
los procesos contemporáneos de urbanización debe atenderse a los fundamentos
político-ideológicos del neoliberalismo, además de examinar sus variopintas
formas institucionales, las tendencias de su desarrollo, sus distintos efectos
sociopolíticos y múltiples contradicciones.
[ix] Se focaliza en el Objetivo de
Desarrollo Sostenible N° 11 que insta a lograr
ciudades y asentamientos humanos inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles
para 2030.
[x] La DPDU es un ente centralizado que
administra el ordenamiento del territorio provincial. Se trata de una
institución heredada de la administración centralizada que generó el proceso de
Reconstrucción de la ciudad tras el terremoto destructivo de enero de 1944 y
que, pese a la reforma constitucional de 1986, no fueron alteradas ni sus
funciones ni sus alcances.
[xi] Es importante destacar aquí que, en Argentina, hubo un
desarrollo relativamente temprano y autónomo del urbanismo entre los años 1928
y 1935 que no sólo alcanzó consensos acerca de la pertinencia y legitimidad de
una nueva disciplina, sino que sintetizó y sustituyó las anteriores
aproximaciones a la cuestión urbana, permitiendo abordar los nuevos conflictos
del crecimiento urbano.
[xii] Aspecto de fundamental relevancia en un
ambiente árido, como el del caso de estudio, donde el desarrollo de los oasis
depende de una infraestructura que provea el agua para riego.
[xiii]
Inicialmente el
límite era al 2030 pero dada la proximidad temporal al finalizar el proyecto,
se definió extenderlo a 2040.